Mejillones, contra la depresión
Del mejillón solo podemos decir cosas buenas. Y muchas. Aporta proteínas, fortalece dientes y huesos y, además, no engorda
Jesús Lens
Granada
Viernes, 10 de febrero 2023, 10:43
Uno lee todo lo que aportan los mejillones y siente unas irrefrenables ganas de salir en busca de un par de kilos del molusco bivalvo, sea al mercado para hacerlos en casa al vapor o al garito más cercano donde los preparen a la marinera. O, al menos, de acercarse al armario de la cocina donde guardamos las latas para tomarlos con escabeche.
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Empecemos por las vitaminas que tiene el mejillón, la B12 sobre todo, especialmente indicada contra la depresión. Además, tiene vitamina C, lo que sirve para fortalecer dientes y huesos y, como antioxidante, para ralentizar el envejecimiento al combatir a los temidos radicales libres. Añadamos la vitamina A, que produce glóbulos blancos y sumémosle fósforo a porrillo, bueno para producir esa energía que tanto necesitamos.
El mejillón también es rico en Omega 3 y, por tanto, aliado en la lucha contra el colesterol. De hecho, es el que más Omega 3 aporta, por encima de otros mariscos, lo que supone propiedades antiinflamatorias. Como fuente proteica, tomarse 15 o 20 mejillones es mejor que un filete de 200 gr. O, al menos, le hablan de tú a tú. Ayudan al crecimiento, a cuidar la masa muscular, a reparar tejidos –después del deporte van muy bien– y a producir hormonas y enzimas.
Si a todo eso le unimos que 100 gramos apenas suman 86 calorías, 2 gramos de grasas, 2,3 de hidratos de carbono y un cero rotundo de índice glucémico; podemos convenir en que no hay como los mejillones para celebrar el final de enero y su temida cuesta y la entrada en el mes más corto del año.
La pista
Cocinados al vapor
Si ya hemos comentado que este molusco tiene poca carga calórica, un plato que se llama mejillones al vapor tiene un aire tan liviano que se convierte en obligatorio para estas semanas de operación detox. Y es que bien limpios y puestos a fuego medio, al natural, se van abriendo poco a poco para regalarnos su suculento músculo. Al comprarlos, lo mejor es comprobar que no tengan agua en su interior. Otra opción igualmente sana y natural es hervirlos en medio vaso de agua y medio de vino junto a un cuarto de cebolla y una hoja de laurel. Salen exquisitos.
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