Chocolate para combatir la 'depre' invernal

Por fortuna, hay comidas que levantan el ánimo. Como un chocolate espeso y caliente y unos buenos churros para comenzar el día. Y es que el chocolate es uno de esos alimentos con capacidad euforizante y antidepresiva. La clave está en un aminoácido, el triptófano, que contribuye al mejor funcionamiento de nuestro cuerpo. Es un compuesto que actúa sobre nuestro estado de ánimo, facilita una regulación adecuada del sueño y resulta útil a la hora de combatir algunos de los males propios del siglo XXI: estrés, angustia, ansiedad y depresión. Nuestro cuerpo no genera naturalmente el triptófano: es necesario adquirirlo a través de los alimentos. Y será entonces cuando ayude a generar la serotonina, melatonina o vitamina B-3 que tanto bienestar nos producen. El chocolate es el alimento que más triptófano acumula, por lo que su consumo en estas fechas está bien recomendado. Eso sí, conviene no abusar, no sea que a vuelta de unas semanas nos entre depresión… por otras razones. Prudencia y, siempre, que el chocolate elegido tenga un alto porcentaje de cacao. Mínimo, el 70%.

Tiene flavonoides que aportan al cuerpo propiedades antioxidantes y facilitan la circulación de la sangre. Además, los polifenoles que lleva el chocolate son buenos para el corazón.

El chocolate negro es pasta de cacao mezclada con azúcar. Cuanto menos cacao, más azúcar. De ahí la recomendación de elegir el que tenga, como mínimo, un 70% de cacao. Puede haberlos de menos del 50%, una auténtica bomba. Los chocolates con leche le añaden leche a la mezcla, obviamente, pero ojo también a los porcentajes de azúcar. Y con el blanco, no se engañen: no es chocolate, al no llevar pasta de cacao. Se trata de una combinación con manteca de cacao, azúcar y derivados de la leche. Es el más dulce y, en justa correspondencia, el que más grasas aporta.