El puerro, el alimento ideal para perder los kilos de más de Navidad

Y a no hay excusa. Ha pasado San Antón y por lo tanto, pascuas ya no son. Nos hemos comido la popular olla con la careta, el espinazo y otras partes del cerdo y, tras los roscones y los panetones, a la espera de la cuajada de carnaval, toca coger el toro por los cuernos y someter a nuestro cuerpo a un régimen más o menos severo. Las dietas detox, que dicen los más modernos.

El mejor aliado para aligerar el cuerpo y perder unos kilos es el puerro, cuyo componente mayoritario es el agua. Además, como tiene poquísimos hidratos de carbono, su aporte calórico es mínimo, apenas 24 calorías cada 100 gramos. A eso hay que sumarle la fibra, que contribuye a facilitar las digestiones y a evitar la retención de líquidos.

El puerro cuenta con vitaminas que le aportan efectos antioxidantes y, hablando de minerales, atrae al hierro como un imán, por lo que debe figurar en lo más alto de la lista de la compra de las personas con anemia. Además, aporta potasio, fósforo y yodo, aliados de los músculos, esos que tanto deberíamos estar ejercitando en el gimnasio, pertinaz propósito para todos los añonuevos. Además, tienen efecto antibiótico. A la hora de comprarlo conviene elegir los de tallo más recto, que presenten un aspecto consistente y de color blanco brillante, nada de tonalidades mustias o desvaídas.

No se conoce el origen más lejano del puerro. Está constatado, eso sí, que los egipcios lo daban de comer a los trabajadores que construían las pirámide, pero tampoco se ha encontrado ningún lugar en que se dé de forma salvaje o natural.

Culinariamente, del puerro se suele usar nada más que el tallo, que hay que limpiar muy bien. Pero no debemos despreciar sus hojas. Al menos las que presentan mejor aspecto. Son muy sabrosas y tienen una gran cantidad fibra, por lo que su efecto saciante ayuda en las dietas. En cocina, se pueden usar, picadas lo más finamente posible, en sopas y ensaladas o como ingrediente para salteados y en la famosa crema de puerros o vichyssoise, que se toma bien fría... o caliente. Incluso se pueden freír para hacer un crujiente de puerro.

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