Pavo, una carne sin grasas y con sabor

Ahora es más conocido. Sobre todo desde que, gracias a las series de televisión norteamericanas y a la globalización, la cena de Acción de Gracias forma parte de nuestra vida, aunque sea catódica. Pero hubo un tiempo en que comer pavo al horno era una rara avis. Y si se acompañaba de un buen cava, signo de glamur y distinción.

Como aquí, de momento, lo de Acción de Gracias no ha calado, cualquier celebración es una ocasión idónea para disfrutar de una carne sana y natural que, cuando está bien cocinada, se convierte en una auténtica delicatessen.

El pavo resulta idóneo para personas a dieta o, sencillamente, para quienes nos hemos pasado en las comidas y cenas navideñas. Y es que resulta una carne sin apenas calorías, sólo 10,7 kcal por cada 100 gramos. Hablamos de una carne magra muy baja en grasas, únicamente 2,2 gramos cada 100 y que se concentran principalmente en la piel, por lo que su carne es casi, casi inmaculada en este sentido. Eso sí, la sabrosura de la piel, cuando está jugosa… Añadamos que no suma ni un solo gramo de hidratos de carbono y tenemos la carne perfecta para un asado bajo en culpabilidad, además de en calorías.

Añadamos que el pavo es rico en proteínas, por lo que resulta adecuado para quienes son capaces de hacer deporte incluso en estas fechas tan señaladas. Como también aporta vitaminas y ácido fólico, este producto termina de redondear una dieta sana y equilibrada además de sabrosa y aparentosa, que un buen pavo es muy instagrameable… si es usted de compartir en redes las celebraciones y banquetes.

Se pueden hacer mil y una elaboraciones con los muslos del pavo, añadiéndole salsas muy diferentes. El teriyaki, tan exótico, sale exquisito. Con los restos de la carne, si los hubiere, siempre se pueden hacer unas ricas croquetas, uno de los platos de aprovechamiento por excelencia. Al ajillo, también sale muy bueno, con sus patatas. Y en fiambre, claro: el jamón de pavo es un clásico. El pavo ahumado cocinado al vapor también es una opción estupenda y sigue manteniendo todas sus propiedades.

El pavo asado puede ser un plato delicioso para cualquier celebración. Pero debemos recordar que todo lo anterior sobre las bondades de su carne deja de tener efecto si lo preparamos relleno de mil y una cosas, sobre todo, si incluimos mantequilla u otras carnes como el beicon, que lo convierten en una bomba calórica. La fruta suele ser otro ingrediente esencial a la hora de 'cebar' el asado: manzanas, ciruelas pasas, orejones, uvas… Verduras como la cebolla o la lechuga y, para los más fiesteros, vino para regarlo, tanto en el cocinado como al ingerirlo.

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