Las calabazas, mejor en la mesa que como adorno de Halloween

Una hortaliza versátil en cocina que sirve tanto para platos dulces como salados salados y resulta excelente para facilitar la digestión

jesús lens

Jueves, 10 de noviembre 2022, 10:20

Es la verdura de noviembre por antonomasia y el mes se abre con calabazas de sonrisa siniestra saludándonos desde los escaparates de las tiendas y los disfraces de la chavalada. De gran tamaño –aunque oscilan entre los dos y los seis u ocho kilos, este año se ha presentado una en Minnesota de 1.160 kgs.– y de cáscara muy resistente, son ideales para tallar en ellas esas figuras que pivotan entre el miedo y el cachondeo.

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Y es que Europa ha perdido la batalla cultural, ya que la colonización de las festivas costumbres norteamericanas se ha impuesto a la austeridad de los Santos patrios. Eso sí, aún nos quedan sus huesos en las pastelerías para endulzar el trago. Es tiempo, pues, para disfrutar de la versatilidad en cocina de un producto que lo mismo sirve para preparar cremas, sopas y purés que se puede utilizar como colorida guarnición o ingrediente esencial en postres y mermeladas.

Para que la calabaza conserve todas sus propiedades, eso sí, y aunque se puede cocinar de maneras muy distintas, conviene no cocerla más allá de los 20 minutos. Se trata de un producto muy bueno para cuidar el sistema digestivo y combatir sus enfermedades o incomodidades, además de prevenir problemas del riñón. Su color naranja le viene dado por los carotenoides y, como la zanahoria y otras verduras de la misma tonalidad, es buena para la vista.

Como la naturaleza es sabia, los productos de otoño tienden a proteger nuestro cuerpo frente a gripes y otras enfermedades que afectan al sistema inmunitario. La calabaza, en concreto, también tiene efectos antioxidantes y protege el corazón.

Además de la carnosa pulpa y las nutritivas pepitas, de la calabaza se puede usar su cáscara para fabricar decenas de objetos, más allá de terroríficas 'esculturas'. Junto a la concha de vieira y el bordón para caminar, la calabaza para llevar el agua era uno de los signos distintivos que caracterizaban a los peregrinos que hacían el Camino de Santiago. Botellas, vasos, vasijas, cubiertos y cucharones, instrumentos musicales de cuerda y percusión… de la calabaza, como del cerdo, hasta los andares.

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Sabrosas pipas

Son anchotas, planas, de color blanquecino y... son un vicio, como las de girasol. Porque son comestibles, por supuesto, y se comen tostadas después de haber pasado por un baño de agua con sal. También se usan en panadería y se hace aceite con ellas. Además de las propiedades de la propia calabaza, son un nutriente con gran contenido energético, aportan grasas saludables, minerales y proteínas vegetales. La editorial Pepitas de Calabaza les rinde tributo a partir de uno de los diálogos más memorables de la película 'Amanece que no es poco'. Con las pepitas se hacían rosarios en la Edad Media e incluso se mascaban las pipas para ayudar a cumplir el voto de castidad. De ahí que representen la antilujuria.

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