Alimentación consciente

Uno no puede meterse a la boca cualquier cosa, ya se sabe, pero lo hacemos más a menudo de lo que pensamos. Con frecuencia comemos de manera compulsiva, sin pensar demasiado en qué nos estamos jamando, porque vivimos demasiado deprisa. Por eso cada vez se habla más del 'mindfoodness', que es un juego de palabras derivado de 'mindfulness' y que se refiere a la necesidad de prestar una atención plena a lo que se come. Mmm...

A menudo nos olvidamos de que la alimentación no sólo es fuente de vida, sino de placer. Un deleite, un auténtico paraíso que va más allá del disfrute de la comida, los sabores, texturas y aromas, en el que cuenta también cómo nos enfrentamos a ese momento, nuestro estado de ánimo y si lo hacemos solos o en la mejor compañía, que a veces no son la familia y los amigos sino uno mismo. Especialmente en días como los que vivimos, en que el teletrabajo 'covidpandémico' obliga a sentarse a la mesa con nadie más que el plato y los pensamientos propios. No tenga tanta prisa por volver a su ordenador. Es la hora de comer. Disfrútela.

De eso va lo que los expertos han llamado «alimentación consciente», de poner la máxima atención al acto de comer. De convertirlo, como explica un portavoz de Quiron Salud, en «una experiencia de emociones, pensamientos, sensaciones físicas y conductas», que nos permitirá disfrutar plenamente del placer de la comida y prevenir los muchos problemas que provoca la alimentación. Muchos de ellos, no lo dude, se relacionan con la manera en que nos enfrentamos al plato.

Los expertos en alimentación cuentan que existen tres formas de ingesta que nos predisponen a comer de una manera o de otra y que no tienen nada que ver con las señales orgánicas del hambre y la saciedad. Existe un estilo que llaman restrictivo, de dietas y prohibiciones que a medio y largo plazo es inasumible. Olvídese de regímenes, que no llevan a ningún lado. Somos humanos y, reconozcámoslo, la restricción de determinados productos alimenta el deseo de consumirlos. Somos así.

Hay también, según cuentan, un denominado comer externo, que hace referencia al deseo de zampar que se despierta por el mero hecho de ver la comida o sentir su delicioso aroma. El tercer escalón, el bueno, es el referido a la ingesta emocional, que habla de enfrentarse a la mesa del mismo modo en que uno se enfrenta a sus emociones, sintiéndolas, siendo consciente de sus decisiones y disfrutando de sus consecuencias. Muy amoroso, sí; pero quererse a uno mismo en la mesa, disfrutar de manera lúcida y responsable de lo que se come y en qué cantidades, protege además contra las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la diabetes, la hipertensión...

Según datos de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), la pandemia de Covid-19 ha hecho engordar a los españoles una media de 5,7 kilos... ¡a pesar del ejercicio físico! Los expertos de Deusto Salud hablan de cinco rutinas que deberíamos cumplir para afrontar este tiempo de sedentarismo y restricciones.

1. Hidratarse de forma sana. Lo ideal es beber en torno a dos litros de agua al día, sin esperar a tener sed.

2. Alimentación consciente. No coma por ansiedad o estrés. No tiene sentido.

3. Sea fiel a su rutina. Fíjese hábitos de alimentación, ejercicio y descanso.

4. Elimine o reduzca los alimentos procesados. Los productos de alto contenido en grasas, azúcares y sal provocan cansancio y pesadez.

5. Contacte con un especialista. Si no puede hacerlo por usted mismo, busque un experto. No está solo.

Comer es un placer. No se prive de él.