¿Clima prebélico o tormenta en un vaso de agua?
Muchas veces los líderes mundiales piensan en secreto de sus colegas toda clase de epítetos irreproducibles en letra impresa, pero si son listos, se los ... callan. Lanzar denuestos 'ad hominen' contra otro gobernante se suele considerar una absoluta falta de profesionalidad, porque vuelas los puentes que luego puedes necesitar cruzar.
La crisis actual ha surgido por las ambiciones expansionistas del mandatario turco Recep Tayyip Erdogan, que se comporta en política exterior igual que en casa: autoritario e imperioso, sin importarle las reacciones ni medir las consecuencias. El pasado agosto envió buques de prospección con escolta militar dentro de aguas griegas, pero tuvo que retroceder cuando Italia y Francia enviaron sus naves a la zona.
Esta crisis se ha enredado con el asesinato de Samuel Paty el pasado 16 de octubre, y las medidas contra el yihaidismo del presidente francés, Emmanuel Macron. Algunos musulmanes, lejos de hacer autocrítica, han acusado a Macron de perseguir al islam, aunque sus medidas vayan solo contra las facciones violentas. En varios países se han producido grandes manifestaciones y llamamientos al boicot de productos franceses. Sin embargo, la reiteración de atentados yihaidistas en Niza, Aviñón, o el consulado francés en Yeda, más otros que por desgracia vendrán, van a empujar a los franceses a endurecer su postura.
Erdogan, resentido por el apoyo francés a Grecia, se ha subido a ese carro ya en marcha. A diferencia de otros gobiernos musulmanes, Turquía no envió pésame o condena oficial por el asesinato de Paty. Muchos medios de comunicación turcos ni siquiera han mencionado el crimen, haciendo que las medidas de Macron realmente parezcan arbitrarias y anti islámicas. Por eso Erdogan considera de muy buen tono llamar públicamente loco a su colega francés, pero eso es solo propaganda al servicio de sus ambiciones expansionistas.
¿Tiene Erdogan algún fundamento en sus reclamaciones marítimas? Un arbitraje según los tratados internacionales -que Turquía rechaza- probablemente le daría la razón en el Egeo, donde las pretensiones griegas son desmesuradas, pero no le otorgaría las aguas donde surgió el conflicto en agosto. Por desgracia Erdogan tiende a una actitud marimandona de 'Lo que yo digo, porque YO lo digo'. Por eso demanda a la revista satírica 'Charlie Hebdo' por caricaturizarle, algo prohibido en Turquía aunque legal en Francia. Es decir, Erdogan intenta imponer a Francia la legislación represiva turca.
¿Podría estallar la guerra? Las fuerzas armadas turcas son las mayores de Europa, pero la mayoría son reclutas con poco entrenamiento y ninguna experiencia. El arsenal es una mezcla de materiales modernos y otros totalmente desfasados. La última vez que el Ejército entró en combate fue en la invasión de Chipre en julio de 1974. Triunfó sobre una milicia inferior en número y armamento, pero mostró serias carencias. Las purgas tras el golpe de Estado de 2016 han debilitado su capacidad bélica. Si hay guerra, Turquía no tendría ninguna posibilidad y la humillación de la derrota socavaría la autocracia erdoganiana. El conflicto debería encauzarse de forma pacífica, pero la guerra podría estallar si Erdogan encontrase petróleo o gas en las zonas disputadas y creyese que podría apoderarse de ellas por las bravas, sin que las víctimas del abuso se defendiesen.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión