La tormenta perfecta del coronavirus ya planea sobre África
El continente negro espera impotente la inevitable expansión de una pandemia que amenaza con provocar más muertes que el ébola
Ni el mayor de los creyentes confiaba en el milagro. Era imposible que el coronavirus no alcanzara a África pese a que en los primeros ... dos meses de incidencia de la pandemia el continente no se había contaminado. Pero el patógeno ya está allí y comienza a hacer estragos entre una población especialmente vulnerable y desprotegida. Aquellos primeros casos de febrero en Egipto, Argelia y Nigeria no fueron considerados como contagiados locales porque se trataba de casos importados, protagonizados por extranjeros. Esta semana 40 de los 55 países son ya víctimas del Covid-19. La Organización Mundial de la Salud (OMS) vaticina, pese a que todavía la enfermedad está en un período incipiente, «un desastre inminente y devastador» en las regiones subsaharianas.
Ha llegado la «tormenta perfecta» a un territorio con los sistemas públicos de salud más débiles de mundo, carentes de recursos humanos y materiales para afrontar un aumento exponencial de casos. África no podrá evitar revivir el fantasma del ébola, que asoló el continente entre 2014 y 2016 con el trágico balance de cerca de 12.000 muertes.
El coronavirus ha desembarcado tarde a África, pero su incidencia ya es notable, con millares de casos confirmados aunque los datos siempre serán inexactos por la escasez de pruebas y el férreo control informativo de sus gobiernos. Es la punta de un iceberg de tamaño descomunal, advierten los expertos.
Se trata de un contagio que se espera crezca exponencialmente durante las próximas semanas en la mitad central y austral, el llamado cinturón de las enfermedades, donde la fragilidad institucional, las arbitrarias fronteras políticas, los conflictos armados, el alto número de desplazados, el hambre, las deplorables condiciones de salubridad, infraestructuras inadecuadas para el aislamiento de enfermos, escasa capacidad sanitaria -sólo dos médicos por cada 10.000 habitantes y ni siquiera mil plazas de UCI en todo el continente- y de control poblacional harán prácticamente imposible la contención y erradicación de la pandemia. Millones de personas ni siquiera podrán seguir la recomendación básica de lavarse las manos porque no tienen acceso al líquido vital.
«Prepararse para lo peor»
Los africanos deben «prepararse para lo peor», según el presidente de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Gebreyesus. «El desastre es inminente», subrayó el director para el control y prevención de enfermedades de la Unión Africana, John Nkengasong. El técnico recordó la gran cantidad de pacientes inmunodeprimidos -hay veinticuatro millones de infectados por el sida- y desnutridos, el riesgo de ciudades atestadas de población y sin saneamientos, donde el coronavirus se extenderá como la pólvora, como ocurrió con el ébola, el cólera, la fiebre de Lassa, la tuberculosis, el zika o el chikungunya.
Hasta ahora se confiaba en la joven edad media de la población y en la baja respuesta del virus en climas más cálidos para aferrarse a la esperanza por pensar que ello jugaba a favor. Pero en poco tiempo estas teorías caían al primer zarandeo. África debe despertar. Es hora de tomar medidas drásticas como la prohibición de conexiones internacionales aéreas y marítimas, el cierre de las fronteras, las cuarentenas y la suspensión de las actividades de una población que constituye el 16% de la mundial (1.200 millones de personas).
La alerta debe ser máxima porque «basta un sólo caso para que se expanda rápidamente», según la Unión Africana. Ningún país podrá evitarlo. «Todos se verán afectados debido a que las fronteras son extremadamente porosas. No tenemos más casos porque no hacemos pruebas. Además, África no se puede atrincherar en casa. Falta de todo, se vive día a día», señaló la organización. La OMS ya ha distribuido 90.000 equipos de protección y ha formado a 11.000 sanitarios. Un simple grano de arena para los amplios desiertos africanos.
16% del mundo
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1.200 millones de personas, todos los habitantes del continente, constituyen población de riesgo ante el coronavirus.
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