Una imagen de la reunión de este lunes entre las delegaciones rusa y ucraniana sobre un alto el fuego. belta

Rusia y Ucrania no logran alcanzar un acuerdo de alto el fuego pero volverán a reunirse para seguir negociando

Representantes de Moscú y Kiev regresan a sus lugares de origen y se emplazan para una nueva cita. Durante las negociaciones no se ha ordenado un alto el fuego y se han intensificado los bombardeos a objetivos civiles en Járkov

Rafael M. Mañueco y j. fernández

Corresponsal. Moscú

Lunes, 28 de febrero 2022

Las delegaciones de Rusia y Ucrania han terminado el primer día de negociaciones sin un alto el fuego. Durante cinco horas -con tres descansos- han estado reunidas en un lugar de la región de Gómel cercano al puesto fronterizo de Alexandrovka, pero no han conseguido llegar a una solución concreta. Es más, durante esas cinco horas, la batalla ha continuado sobre el terreno y los ucranios han denunciado que los rusos han atacado «objetivos civiles» en Járkov, la segunda ciudad del país.

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Mijailo Podoliak, asistente del presidente Volodímir Zelenski, afirmó sin demasiada concreción que durante el encuentro las dos partes «designaron una serie de temas prioritarios sobre los que se han perfilado determinadas decisiones». Su homólogo ruso Vladímir Medinski, asesor del presidente Vladímir Putin y exministro de Cultura, afirmó ante la prensa que tendrá lugar una segunda ronda de negociaciones en los próximos días para continuar examinando los temas, pero se celebrará en otro lugar, en la frontera entre Polonia y Bielorrusia. Las delegaciones se trasladarán ahora a Moscú y Kiev respectivamente para discutir lo abordado durante esta jornada.

Sin embargo, a juzgar por lo que le dijo hoy Putin a su homólogo francés, Emmanuel Macron, Moscú no ha cambiado ni un milímetro sus posiciones. Para el jefe del Kremlin es indispensable que Kiev «reconozca la soberanía rusa de Crimea, la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania y el cumplimiento de la oferta de neutralidad», que planteó Zelenski la semana pasada y que ha sido lo que ha dado el impulso para que hoy se reunieran las delegaciones de los dos países. Es sabido que tales exigencias de Putin son inasumibles para las autoridades ucranianas.

Miembros de la delegación ucraniana desembarcando de un helicóptero militar cuando llegan para conversar con la delegación rusa, en Gómel, Bielorrusia. Belta

La reunión de las delegaciones debería haber tenido lugar el domingo por la tarde, no este lunes al mediodía, pero se canceló. El Kremlin aceptó el viernes la oferta de «neutralidad» y diálogo de Zelenski y por poco no cuaja la idea debido a que la ofensiva rusa no cesa y a las discrepancias sobre el sitió del encuentro. Primero se habló de Minsk, la capital de Bielorrusia, y luego de la localidad de Gómel, ciudad también bielorrusa. Pero en Kiev declinaron ambas sedes por considerar que Bielorrusia está involucrada en el conflicto. Al final se aceptó, la frontera. Zelenski dijo el domingo no tener muchas esperanzas de que las conversaciones con Rusia sirvan de mucho.

Hasta qué punto las posiciones son distantes da idea lo expresado esta tarde por el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konáshenkov, quien considera que «Rusia no ha iniciado acciones de guerra en Ucrania sino que la está poniendo fin ahora (…) fue Ucrania la que comenzó la guerra hace ocho años mediante la aniquilación planificada de la población de Donbass». Según sus palabras, «durante esos ocho años de guerra, han muerto más de 14.000 personas y centenares de niños. Había que poner fin a esto».

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Duras batallas sobre el terreno

Las conversaciones comenzaron este mediodía en la región de Gómel, en Bielorrusia, cerca de la frontera con Ucrania, y han coincidido con un aumento de la resistencia de Kiev al avance de las tropas de Moscú. Antes del inicio de la reunión, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió a los rusos un alto el fuego «inmediato» y la retirada de sus tropas.

El ministro de Exteriores de Bielorrusia, Vladimir Makei, fue el encargado de recibir a las delegaciones rusas y ucranianas y les prometió que podían sentirse «plenamente seguras». «Es nuestro deber», ha dicho. «Queridos amigos, el presidente de Bielorrusia (Alexander Lukashenko) me ha pedido que os reciba», ha dicho en el arranque de este proceso.

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A juzgar por los partes de guerra ucranianos y las informaciones difundidas a través de las redes sociales, las tropas rusas apenas avanzaron la pasada noche, salvo en la parte sureste del país, en donde, según informaciones del Ministerio de Defensa ruso, tomaron la ciudad portuaria de Berdiansk. Kiev continúa bajo control de las autoridades ucranianas mientras que Járkov, la segunda ciudad del país, repelió el domingo un ataque del Ejército ruso y durante la noche no se produjo un nuevo intento de asalto, aunque el aeropuerto y otros objetivos en los alrededores continúan bajo el fuego de la aviación y los misiles rusos.

En un comunicado difundido esta mañana, el Estado Mayor del Ejército ucraniano sostiene que «los ocupantes rusos desaceleraron el ritmo de la ofensiva, pero siguen tratando de obtener éxitos en algunas áreas». La nota hace referencia a los ataques más recientes de la artillería y la aviación rusa «contra edificios residenciales» en las localidades ucranianas de Zhitomir y Chernígov «en violación del derecho humanitario internacional».

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Anoche se registró también una enorme explosión cerca de la ciudad de Cherkassy, al sureste de Kiev, al parecer al ser alcanzado un depósito de municiones por un misil. El departamento castrense ucraniano asegura que «el enemigo está desmoralizado y sufre fuertes pérdidas. Hemos visto frecuentes casos de deserción y desobediencia. El enemigo se dio cuenta que la propaganda y la realidad son diferentes».

Según distintas fuentes, el número de bajas en las filas rusas en el quinto día de la invasión supera los 5.000 soldados. El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konáshenkov, reconoció ayer que «hay muertos y heridos» entre los soldados rusos, pero no aportó cifras. Hoy, en su habitual comparecencia matinal, Konáshenkov anunció que «la aviación rusa ha logrado la supremacía aérea sobre todo el territorio de Ucrania».

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1.114 instalaciones militares atacadas

El portavoz militar dijo que, desde el comienzo de la «operación especial», «las Fuerzas Armadas rusas han atacado 1.114 instalaciones de infraestructura militar ucraniana (…) se destruyeron 314 tanques y otros vehículos blindados de combate, 57 lanzacohetes múltiples, 121 piezas de artillería de campaña y morteros, 274 unidades de vehículos militares».

Según su informe, «las tropas rusas han tomado las ciudades de Berdiansk y Energodar (…) protegen y controlan completamente el área alrededor de la planta de energía nuclear de Zaporozhye». La central de Chernóbil también se encuentra en manos de las fuerzas rusas. Así mismo, Konáshenkov ha hecho un llamamiento a la población de Kiev para que «abandonen libremente la capital por la carretera hacia Vasilkov. Esta vía está despejada y es segura».

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Ayer domingo, el Ejército ucraniano alertó del avance de un gran convoy de vehículos blindados rusos hacia la capital ucraniana. Poco después, imágenes de satélite de Maxar Technologies mostraban una columna rusa de más de cinco kilómetros de largo en dirección hacia Kiev a una distancia de unos 65 kilómetros. La formación incluía tanques, blindados, camiones y cisternas de combustible.

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