Helga Pigorova, la opositora rusa que protesta con una diadema de girasoles en el pelo
La política, que forma parte del consejo municipal de la ciudad siberiana de Novosibirsk, es de las pocas que se atreven a mostrar su repulsa contra la guerra de Ucrania: lo hace vestida con los colores de su bandera
Julia Fernández y afp
Miércoles, 6 de abril 2022, 07:41
En Rusia, la disidencia es peligrosa. Mostrar el desacuerdo con las decisiones del Kremlin trae problemas. Y más si uno se opone a ciertos asuntos de calado, como la invasión de Ucrania. Por eso, hay que agudizar el ingenio y tirar más de metáforas y símbolos que de pancartas. Helga Pirogova es una de esas políticas que planta cara a Vladímir Putin y que sabe que una imagen vale más que mil palabras.
Por eso, en una reunión del consejo municipal de la ciudad rusa de Novosibirsk (Siberia) en marzo llegó ataviada de una manera peculiar: camisa azul y diadema de girasoles en la cabeza. La imagen era un poco diferente a la que suele mostrar habitualmente, mucho más sobria. «¿Por qué lleva una corona mortuoria en la cabeza? Esto trae mala suerte», le dijo Serguéi Bondarenko, diputado local del partido Rusia Unida. Ella se rió.
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Pirogova aludía con su indumentaria a la guerra en Ucrania y apoyaba de manera evidente a Volodímir Zelinski. Vestirse así «era mi forma de expresarme, de decir, sin palabras, lo que pienso de esta situación», explica a AFP. No abunda en las razones. Es parca en palabras. Y es normal: una denuncia demasiado explícita le puede llevar a la cárcel. «Yo no respaldo ningún conflicto y esto que se ha producido es una inmensa tragedia para todo el mundo», admite con prudencia Pirogova, maestra de formación y con experiencia en marketing.
Esta joven va camino de convertirse en una fuerte opositora al régimen de Putin, pero se anda con pies de plomo para no terminar como Navalni, en una cárcel desde hace un año. Aún así, no se amilana. En otoño de 2020 se convirtió en consejera municipal independiente de la ciudad siberiana, famosa por su potente industria. Lidera un grupo en el que cuenta como aliados a partidarios del propio Navalni. Y desde ese puesto lucha. Es de los poco opositores ruso activos que no han huido ni han sido arrestados
Un sistema cada vez más «opresivo»
En el último año, Pirogova ha visto con preocupación cómo se han recortado las libertades políticas en el país y cómo alguno de sus compañeros ha tomado el camino del exilio (es el caso de Serguéi Boiko). «El sistema político es ahora tan opresivo y la represión ha explotado de tal forma que la gente no solamente tiene miedo de decir el nombre de Navalni, sino que también está prohibido usar ciertas palabras», señala. El simple hecho de hablar de «guerra» para describir lo que ocurre en Ucrania es un pasaporte para prisión según una ley que castiga lo que las autoridades entienden como «informaciones falsas».
Sin embargo, mientras esto ocurre, no pasa nada por lucir la letra Z, que respalda al Ejército, donde sea: camisetas, autobuses, paneles publicitarios. Es más, varios opositores todavía en Rusia han revelado que se la han pintado en sus casas. Como la estrella de David con los judíos, es una señal, en este caso, de que son «colaboracionistas». A Pigorova se le erizan los vellos al oírlo: «Mi país es pacífico, culto y bonito. Y un gobierno agresivo hace todo para que olvidemos esto», afirma.
Con modestia, rechaza verse entre «los últimos mohicanos» y asegura recibir a diario numerosos mensajes de apoyo de allegados y desconocidos. Por ahora, asegura que no ha sufrido presiones concretas, pero tampoco se encuentra cien por cien segura. «El miedo está allí, pero eso no quiere decir que no haya que hacer nada», afirma. «Hay esperanza. Si no, ¿de qué serviría todo esto?», zanja.