La fiesta en la noche electoral de Trump con Elon Musk y Dana White, el jefazo de la UFC donde triunfa Ilia Topuria
El magnate celebró con sus seres queridos y principales apoyos el triunfo que le brinda su segundo mandato en la Casa Blanca
Si algo caracteriza a la política estadounidense es el 'show' que la rodea. Mientras que en Europa lo más habitual es que las personalidades más influyentes guarden distancia en periodo electoral, en la carrera por alcanzar la Casa Blanca ocurre todo lo contrario. La noche en la que Donald Trump sobrevivió a la condenas penales por falsificación de registros y abuso sexual para recuperar su silla del Despacho Oval no fue una excepción. El candidato republicano, ya con la presidencia en el bolsillo al superar los 270 escaños, estuvo en todo momento acompañado de sus seres queridos y varios conocidos defensores de su propuesta conservadora a su lado durante el escrutinio y la fiesta de la noche electoral. El primero, uno de sus pilares estas intensas jornadas, era Elon Musk, el archiconocido magnate de la tecnología y dueño de importantes empresas como Tesla o 'X'. El segundo, mucho más desconocido en Europa, era Dana White, el presidente de la UFC. El jefazo de la organización de artes marciales mixtas bajo la que pelea el campeón Ilia Topuria.
Los candidatos siempre buscan el apoyo de algunas de los rostros más conocidos del país en su carrera por alcanzar la presidencia. Esta vez, la demócrata Kamala Harris contó con algunos respaldos como el de Taylor Swift y Bruce Springsteen, mientras que Donald Trump sumó a su causa otros como el de Elon Musk o Mel Gibson. El dueño de Tesla acompañó a Trump (donó para su campaña 75 millones) durante la noche electoral en la que los republicanos celebraron una lujosa fiesta en la residencia de Mar-a-Lago, a la cual que también acudieron políticos como Eduardo Bolsonaro o el británico Nigel Farage. Precisamente, en su red social 'X' circuló una foto de la cena en la que ambos compartían mantel con Dana White.
Precisamente, el presidente de la UFC tuvo el honor de ser el primero en hablar después del discurso triunfalista del conservador. «Nadie merece esto más que él y nadie lo merece más que su familia. No han podido detenerlo. Él siempre va hacia adelante. Él no se da por vencido. Es el hombre más resistente y trabajador que he conocido en mi vida. Esto es el karma damas y caballeros. Él se lo merece», exclamó.
Trump asks Dana White to say a few words. pic.twitter.com/LSvFQpDP1o
— Jed I. Goodman © (@jedigoodman) November 6, 2024
Su protagonismo no sorprendió a los estadounidenses, pero sí a los europeos que siguieron la cita electoral. La amistad entre Trump y el magnate de las artes marciales mixtas se remonta más de dos décadas atrás. El republicano, que volverá a ejercer un segundo mandato en la Casa Blanca, apostó por la aceptación de este deporte en Estados Unidos. Nadie nos tomaba en serio en aquel momento, excepto Donald Trump. Él estuvo ahí cuando otros no estaban», agradecía en su día White.
A principios de este siglo, White pidió a los hermanos Frank y Lorenzo Ferttita que compraran la UFC, de aquella en bancarrota. Es entonces cuando estos dos empresarios, multimillonarios gracias a la gestión de sus hoteles y casinos, la adquirieron por dos millones de dólares y le pusieron al frente de la que ahora es la mayor organización de las artes marciales mixtas. Era un momento sin una gran aceptación de esta disciplina en EE UU, pero sí con la de Trump.
Poco a poco, la UFC se fue haciendo grande. Tan solo quince años más tarde, la organización se vendió por 4.000 millones. Un valor de mercado 2.000 veces mayor. Ya entonces White se había convertido en una figura mediática del deporte y el entretenimiento. Y no dudó en respaldar a Trump. Si en las primeras elecciones le apoyó de forma más silenciosa, esta vez ha participado de forma activa en toda la campaña y la noche electoral. Un respaldo a uno de sus «mejores amigos» que no desperdicia una primera fila para un combate de la UFC. Este martes, fue White el que celebró la victoria de Trump en la lucha por recuperar la presidencia de los Estados Unidos con mayor poder que en su primer mandato al conseguir dominar el Congreso y el Senado.
