Una crisis política ahoga en el caos el paraíso turístico de Maldivas
El Tribunal Supremo ordena liberar a presos políticos, pero el Gobierno se niega, decreta el estado de excepción y saca el Ejército a la calle
Detrás de la idílica imagen nupcial que del archipiélago venden las agencias de viajes, Maldivas esconde una grave crisis política que ayer estalló con inusitada ... virulencia. El presidente, Abdulá Yameen, decretó el estado de excepción después de que el lunes por la noche el Ejército tomase el Tribunal Supremo, en el que se habían parapetado varios de sus magistrados. Dos fueron detenidos. Además, la Policía arrestó al expresidente Maumoon Abdul Gayoom por cargos que no se han dado a conocer. Es el enésimo golpe autoritario de Yameen, que pretendía presentarse a la reelección sin una oposición real después de haber encarcelado a sus principales rivales.
El caos actual comenzó el jueves cuando el Tribunal Supremo exigió que se dejase en libertad a nueve presos políticos. El Gobierno no solo desoyó la orden, sino que decidió arremeter contra los propios jueces e incrementar las operaciones de acoso y derribo contra los opositores. Desde el exilio, otro expresidente, Mohamed Nasheed, equiparó las acciones del Gobierno con un golpe de estado y añadió que el país debe «derrocar a Yameen porque ha declarado la ley marcial de forma ilegal».
Como es consciente de que eso último resulta muy poco probable mientras los soldados sean leales al presidente, Nasheed pidió ayuda a los estados con más influencia en Maldivas: India, que según él puede propiciar la liberación de los políticos con el envío de un mediador acompañado de tropas, y Estados Unidos, que podría bloquear transacciones financieras vitales para el Gobierno. De momento, ambas potencias se han limitado a mostrar su preocupación y a pedir precaución a sus turistas, porque la violencia podría pasar de verbal a física.
No obstante, Yameen, que curiosamente es hermanastro de Gayoom, afirmó que la situación real es exactamente la contraria a la que describen sus oponentes. En un discurso televisado a la nación, el presidente afirmó que son los disidentes, con la connivencia de los jueces, quienes planean dar un golpe de estado para quitarle de enmedio. «Nadie en Maldivas debe tratar de acatar la orden ilegal del Supremo», amenazó después de haber relevado de su cargo al jefe de Policía que se mostró favorable a la liberación de los opositores.
Mensaje a los turistas
Un comunicado gubernamental posterior aseguró que el estado de excepción es una medida temporal que «el presidente se ha visto obligado a tomar debido al riesgo que la situación actual supone para la seguridad» y prometió que «el día a día de la población se verá muy poco afectado». También añadió que entre los cargos que pesan sobre los políticos apresados se encuentran los de «terrorismo y asesinato», y concluyó subrayando que los visitantes no tienen nada que temer. Al fin y al cabo, el turismo es una de las principales fuentes de ingresos de Maldivas y el miedo entre los viajeros podría suponer un peligro mayor para la presidencia de Yameen que los magistrados del Supremo.
Pero no parece que la oposición se vaya a dar por vencida. Momentos antes de su arresto, el expresidente Gayoom publicó en Twitter un vídeo en el que afirmaba que no ha hecho nada ilegal y exhortó a sus seguidores a continuar con su lucha. «No nos rendiremos hasta que pongamos en marcha las reformas que buscamos», sentenció. Gayoom estuvo tres décadas en el poder y fue sustituido en 2008 por Nasheed, que en sus cinco años como presidente logró un importante fortalecimiento de la democracia parlamentaria de Maldivas, cuya debilidad han demostrado ahora las acciones de Yameen.
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