Cadena perpetua para el terrorista de Christchurch
El asesino de 51 fieles musulmanes, sin opción a libertad condicional, recibe la mayor condena impuesta nunca en la historia de Nueva Zelanda
karen pinto garzón
Jueves, 27 de agosto 2020, 22:40
Nunca antes en Nueva Zelanda se había impuesto la pena máxima existente. Hasta ayer. Finalmente, el supremacista blanco que asesinó a 51 fieles musulmanes fue condenado a cadena perpetua sin opción a libertad condicional en ese país. Una decisión histórica, esperada por miles alrededor del mundo desde marzo de 2019, cuando ejecutó sus crímenes.
Pero antes de su sentencia, el australiano Brenton Tarrant tuvo que presenciar la ira y el sufrimiento de unos 90 supervivientes y familiares de los fallecidos durante los tres primeros días de la audiencia. Unos contaron sus desgarradoras historias por la pérdida de sus seres queridos. Otros, hablaron sobre los numerosos traumas por presenciar el tiroteo y sentir en carne propia ese miedo incalculable de que alguien pueda arrebatarte la vida.
Aún con los testimonios y lágrimas de las víctimas, Brenton, de 29 años, mantuvo siempre una actitud indiferente y frívola. No presentó ninguna señal de arrepentimiento. Y cuando el juez, Cameron Mander, le preguntó si tenía algo que decir antes de dictar la condena, él no dijo nada.
Mander cree que toda una vida en la cárcel no bastará para que el terrorista pague por sus pecados. «Sus crímenes son tan malvados, que aunque se le mantenga preso hasta la muerte, eso no agotará el castigo y condena que requieren», dijo en el Tribunal Superior de Christchurch y añadió: «Por lo que puedo medir, estás vacío de toda empatía por tus víctimas».
Brenton se declaró culpable de 51 asesinatos, 40 intentos de asesinatos y uno por terrorismo. El 15 de marzo del año pasado, interrumpió a disparos, con armas semiautomáticas de estilo militar, las oraciones de decenas de musulmanes reunidos en las mezquitas de Al-Noor y de Linwood en Christchurch. Entre las vidas que se tomó estaba la de un niño de sólo tres años, a quien también le disparó sin piedad. Y luego de su atroz acto, su intención era prender fuego a ambas mezquitas para «infundir miedo» a quienes considera como «invasores».
La reacción de la primera ministra, Jacinda Ardern, es compartida por muchos. Está aliviada de que «esa persona nunca verá la luz del día». Por ahora, Brenton es el mayor asesino de la historia del país. Por un crimen que será recordado como uno de los mayores actos inhumanos, cargado de «racismo y xenofobia».