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Ante la saturación o los daños sufridos por algunos centros médicos, se han habilitado hospitales de campaña en la calle. reuters

«Gracias a Dios y a mi teléfono estoy vivo»

Las historias sobre salvamento milagrosos espolean a la población mientras crecen las dificultades por la saturación sanitariay la inseguridad criminal

Lunes, 16 de agosto 2021, 02:04

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«Es gracias a Dios y también gracias a mi teléfono que estoy vivo, porque pude avisar a la gente de fuera dónde me encontraba». ... Marcel Francois, un joven de 30 años que residía en una vivienda de dos plantas en Los Cayos, relata así su encuentro con uno de los tres terremotos más graves vividos por Haití desde 1770. Él se encontraba en la casa con su hija de diez meses cuando el suelo tembló en medio de un ruido ensordecedor y las paredes se abatieron sobre ellos sin ninguna dificultad. «Estoy bajo el cemento, ven a salvarme», alertó presa de la angustia por el móvil a su hermano menor, Job, que se había marchado minutos antes de camino al trabajo. Job y los vecinos pasaron más de tres horas desenterrando escombros con sus brazos hasta que pudieron llegar a Marcel.

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