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Viernes, 9 de marzo 2018, 23:33

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Unas enormes letras detrás de una de las porterías del estadio Sao Cristovao, en Río de Janeiro, recuerdan a Ronaldo, una de las estrellas del fútbol mundial. Al igual que sus héroes futbolísticos, casi todos los niños que entrenan en Sao Cristovao proceden de las favelas de Río, barrios muy unidos, pobres y a menudo violentos, donde la práctica del deporte es una de las escasas vías de escape. Para un afortunado grupo de 120 jóvenes de 14 a 20 años, componentes del equipo Red Bull Brasil, sus inicios en el fútbol pueden ser muy diferentes. Una academia de vanguardia en Jarinu, a 70 kilómertros de Sao Paulo, les ha abierto las puertas.

AFP
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