5.600 crímenes de guerra solo en el asedio de Kiev

La fiscal general ucraniana, Irina Venediktova, informó este domingo de que solo en la región de Kiev habían sido encontrados 1.222 cadáveres. Los desaparecidos son muchos más. En las últimas horas las autoridades han publicado conversaciones interceptadas entre militares rusos donde se evidencia violaciones y asesinatos. «Matadlos a todos», son las órdenes de los superiores. La Fiscalía ya ha comprobado 5.600 casos constitutivos de crímenes de guerra que implican a 500 altos cargos políticos y militares.

La Justicia tiene una aliado principal a la hora de documentar los crímenes de guerra. Los civiles son los que están dando forma a la narrativa de la guerra. Como en la mayoría de los conflictos bélicos contemporáneos son ellos los que documentan estas crisis humanitarias, pero, ahora, con la llegada de las redes sociales, esta labor se ve favorecida y gana una velocidad y un alcance sin precedentes. El llamado 'testimonio civil' se ha convertido en una fuerza poderosa.

Sin embargo, los mayores criminales de guerra siempre se han sabido impunes. Pocos de ellos han acabado en los tribunales desde que varios jerarcas nazis fueran juzgados en Nuremberg. Las guerras modernas se han saldado sin culpables legales. Los miembros de los gobiernos en ejercicio y sus Fuerzas Armadas, sin importar cuán horribles sean las pruebas en su contra, prácticamente nunca se enfrentan a un tribunal internacional. La historia ha demostrado que solo los conquistadores aplican 'su' justicia, como en la Alemania de la posguerra o en el Irak ocupado por Estados Unidos.

El hallazgo de cientos de cadáveres abandonados por los rusos permite calibrar el infierno que sembraron cuando avanzaban y el que remataron cuando se retiraban para reagruparse al otro lado de la frontera antes de avanzar hacia Járkov en lo que podría ser una gran ofensiva contra el este. De hecho este domingo se difundieron imágenes de satélite que mostraban conyores militares de hasta trece kilómetros que se dirigían hacia este área del Donbás.

Una vez comprobado que las predicciones al comienzo de la invasión de una rápida victoria eran fallidas, Moscú se ha visto obligado a cambiar de táctica y centrarse en la región para conseguir unos objetivos que puedan ser presentados como victoria el próximo 9 de mayo, cuando Rusia conmemora su victoria con Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Ello obliga a una política bélica de apisonadora.

En este contexto podría enmarcarse el bombardeo masivo que sufrió este domingo el aeropuerto de Dnipro, en el centro-este de Ucrania. «Ya no queda nada», explicó el jefe de la administración militar regional de Dnipropetrovsk, Valentyn Reznichenko.