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Vista aérea de los montes Obarenes, con la ermita de San Felices de Bilibio en primer término. P. Viela
Sostenibilidad estudia elevar el grado de protección de Obarenes y Cantabria

Sostenibilidad estudia elevar el grado de protección de Obarenes y Cantabria

A propuesta de Amigos de la Tierra, la Consejería analiza la creación de una Reserva Natural en el entorno, que sería la segunda en La Rioja

DAniel Ortiz

Sábado, 17 de octubre 2020, 03:19

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No es ningún secreto que la linde montañosa entre La Rioja, Burgos y Álava guarda tesoros medioambientales difícilmente localizables en otros parajes. En cambio, a efectos legales, la protección es desigual en los tres territorios que separa la Sierra de Cantabria-Obarenes: en su vertiente castellanoleonesa goza de la categoría de Parque Natural y en País Vasco cuenta con mayor amparo jurídico que en La Rioja. Una agravio que Amigos de la Tierra ha puesto sobre la mesa en un reciente encuentro con la Consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica, que se ha mostrado dispuesta a elevar el grado de protección del entorno a Reserva Natural.

Hasta la fecha, solo los Sotos de Alfaro cuentan con esta regulación destinada a proteger entornos naturales singulares y ricos por su diversidad vegetal y animal. «La Consejería se muestra favorable a elevar la protección de Obarenes-Sierra de Cantabria», explica el coordinador de la organización ecologista, Juan Donaire, quien matiza que «ahora debe estudiar con qué figura lo hace, si bien la de Reserva Natural –la segunda más alta, tras la de Parque Natural– parece la opción más factible». Declarar al entorno Reserva Natural implica «la redacción de un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, que no se hace desde la década de los 90, para delimitar las actuaciones destinadas a mejorar el área de Sierra de Cantabria (en Ábalos y San Vicente de la Sonsierra) y Obarenes (desde las Conchas de Haro hasta Pancorbo), limitando los usos que puedan causar daños al medio ambiente.

Donaire recalca que en este espacio natural hay especies amenazadas de extinción –como el águila perdicera– cuya conservación se vería respaldada con la declaración de Reserva Natural, pero sus beneficios trascienden a la mera diversidad medioambiental. «Para La Rioja Alta es un avance y una garantía de futuro que supondría un incentivo para la zona más allá de su atractivo vitivinícola», explica, al tiempo que sugiere la posibilidad de establecer un centro de interpretación natural «en municipios como Foncea o Fonzaleche, que podría ejercer de dinamizador de la zona». «El entorno es sobradamente conocido por su tradición vitivinícola, pero se puede unir la naturaleza al enoturismo para establecer un reclamo aún mayor».

Respecto a los plazos para materializar la reconversión como espacio natural, Amigos de la Tierra advierte de que «no es tan sencillo como poner un cartel; es un proceso complejo que implica muchos trámites y garantías, pero consideramos que con voluntad política se podría completar en esta misma legislatura». La actitud de la Consejería, al menos, «es positiva», ya que su nuevo titular, Álex Dorado Nájera, «se ha reunido cuando se le ha pedido, nos ha sabido oír y ha abierto vías de diálogo». «Tenemos una opinión positiva de su disposición hasta el momento, pero estaremos vigilantes sobre el avance del proyecto».

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