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El proyecto planteado en Haro sería similar al del ascensor inclinado que une el barrio de San Antonio con la estación del metro de Kukullaga, aunque con recorrido lateral. josé luis gómez
Instalar un ascensor inclinado en la ladera de La Atalaya costará más de 2,4 millones

Instalar un ascensor inclinado en la ladera de La Atalaya costará más de 2,4 millones

El anteproyecto con el que trabaja el Concejo propone habilitar una cabina sobre raíles que permitiría salvar una diferencia de cota superior a 42 metros

roberto rivera

Domingo, 19 de septiembre 2021, 01:13

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Superado, sobre el papel, el cauce del río Tirón con la inversión previa de 1,4 millones de euros (1,2 millones dedicados a la construcción de la pasarela que recuperó el Consistorio jarrero a instancias de la presidenta de la región, Concha Andreu, y otros 200.000 al acondicionamiento de las riberas en ese tramo fluvial), la Administración local se prepara para afrontar el segundo paso del plan que persigue la conexión del Barrio de la Estación con el Casco Antiguo de la ciudad que exigirá, pudo saber este medio, el desembolso de 2,4 millones de euros más.

Ése es el gasto que, según contempla el anteproyecto presentado por la consultoría de ingeniería Cintec, deberán soportar las arcas municipales de afrontar, como se aceptó públicamente, la creación de un canal mecánico que conecte el complejo de El Ferial con las calles de la villa intramuros, a través de la ladera de La Atalaya.

Al menos 600.000 para la incorporación de la cabina de transporte que resulte finalmente elegida para superar esa diferencia de cota, cerca de 580.000 para implantar cimientos y estructuras sobre los que desplazarla, 280.000 para la realización de demoliciones y movimientos de tierra, más de 90.000 para la instalación de cerramientos y acabados, y alrededor de 38.000 para acometer el soterramiento de la línea eléctrica que recorre el vuelo de la zona elegida para la ejecución de este ambicioso y viejo proyecto.

Se trata, en todos los casos, de cuantías a las que debe aplicarse el 21% del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y que se suman a otros capítulos de menor calado que elevan el desembolso final por encima de esos 2,4 millones.

El Ayuntamiento conoce desde el pasado mes de abril este extremo; también los detalles del proyecto que estaría inexcusablemente vinculado a la construcción de la pasarela para crear, de esa manera, un corredor peatonal que discurriría desde el polígono bodeguero, y a través de la Avenida de Vizcaya, hasta el término de La Isla por donde se proyectaría en paralelo al desagüe del canal antes de superar el cauce del río, salir por detrás del campo de hierba artificial y llegarse hasta el bloque que alberga los vestuarios de la instalación deportiva.

Allí es donde se establecería el punto de partida del elevador que ascendería en diagonal y hacia la izquierda por la ladera de La Atalaya para entroncar con la Calle del Pilar Bajo, donde se situaría una estación intermedia, y llegarse por la Calle San Felices a la Calle Navarra, en concreto a la altura del Museo del Torreón, antes de asomarse a la Plaza de la Paz. La otra opción contemplaría el ascenso, incluso, hasta la Calle Berones, localización de la estación superior que también aparece en el informe.

Se superaría, en ese caso, una diferencia de unos 42 metros de altura con un recorrido superior a los 89 metros lineales, manteniendo una pendiente próxima al 28,5%, de optarse por la ejecución de la más favorable de las alternativas que han sido barajadas por los redactores del estudio, que se decantan en todo caso por la instalación de un ascensor inclinado.

De ser así, éste dispondría de capacidad para trasladar a veinte personas, con un peso máximo de 1.600 kilogramos que se vería compensado con un contrapeso de 2.700 para facilitar, en consecuencia, el desplazamiento del módulo sobre los raíles de la vía, de 1,2 metros de ancho.

Esa es, al menos, la propuesta trasladada al Consistorio jarrero para dar continuidad al proyecto de la pasarela que fue redactado en 2010 por el estudio de ingeniería Arenas&Asociados, a instancias de la entonces Consejería de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial, entendiendo que se hace imprescindible complementar ésta con un transporte que lleve a los visitantes de las bodegas hasta el mirador y aparcamiento habilitado recientemente bajo el Cerro de la Mota.

Se considera, textualmente, «la solución idónea» porque conlleva movimientos de tierra muy reducidos.

El anteproyecto (se calcula que la redacción del proyecto final de ejecución podría implicar el pago de otros 300.000 euros más) define, pues, la mejor ubicación del ascensor en el acceso inferior y en el desembarque de la estación superior, el trazado más adecuado sobre la ladera para reducir en la medida de lo posible el impacto visual, define una zona de espera en la parte inferior sin descartar la construcción de una pequeña caseta y plantea la posibilidad de llevar a cabo la adecuación del entorno de la parada más alta, proponiendo la maquinaria a instalar, recurriendo para ello a criterios de solidez, durabilidad, coste de mantenimiento y utilización de materiales antivandálicos.

Y deja claro, en todo caso, que la posibilidad de prolongar el trazado de la cabina hasta La Atalaya debería ejecutarse en una segunda fase.

Eso sí. Para la materialización de la propuesta se encuentra con un inconveniente. En concreto la presencia de una línea eléctrica de alta tensión de 13,2 kilovoltios que pertenece a Iberdrola y está tendida desde un lateral de las piscinas municipales sobre el puente del Tirón y el campo de futbol para completar su recorrido junto al mirador de la Calle Pilar Bajo. Se hace necesario, por ello, proceder al soterramiento de alguno de sus tramos.

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