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Los veteranos de la quintada del 82, nacidos años antes, hacen un alto en su recorrido por La Herradura. E. C.
Haro se desmelena porel día de la Comunidad

Haro se desmelena porel día de la Comunidad

Las quintadas del 82 y el 93 se echan ala calle con el respaldo de sus charangas y coinciden con la banda de Tambores

Roberto Rivera

Sábado, 9 de junio 2018, 23:06

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Día de La Rioja en Haro y, además, en sábado. Cambio de comportamiento, lejos del habitual. Cuando coincide en jornada laboral, el personal acostumbra a hacer la compra en las comunidades vecinas, en Miranda y Vitoria, fundamentalmente, aprovechando que aquí no hay nada que hacer, se encuentra todo todo cerrado a cal y canto y el resto del mundo está a la venta. Y hasta aprovecha para asomarse a la cornisa cantábrica para establecer la primera toma de contacto con la salitre que arrastran las olas del mar más bravo.

No es el caso. Ni el tiempo invitaba a la aventura costera, ni el universo se mueve ajeno a la condición festiva de un fin de semana que contiene en casa a buena parte de los locales y arrastra al Casco Antiguo del municipio a los foráneos.

Tal vez por ello se sacuden de un plumazo las dudas que sembró el auditorio del espectáculo de animación musical programado para la madrugada del viernes al sábado, donde poco más de un centenar de personas siguieron el ritmo que marcaba Krossko desde su disco móvil.

La Herradura, la Paz, el Haro más genuino y más olvidado, al mismo tiempo, recobra el pulso porque coinciden en el calendario las celebraciones de dos quintadas, la del 82 que sigue prorrogando su ánimo de zaranda desde hace algunos años, y la de 93 que reúne a los nacidos en 1974 y pone música aquí y allá, con cerca de un centenar de almas entregadas a la convocatoria en el callejero más estrecho de la villa intramuros y la Plazuela de San Martín que parece volver a resucitar, décadas después, para convertirse de nuevo en hervidero de gentes.

Se da la circunstancia de que una y otra coinciden con la Agrupación de Cornetas y Tambores que se reúne para celebrar sus primeros cuarenta años de historia dejando que en esta ocasión sean otros los que pongan banda sonora a una ciudad que se ha quedado, al menos hasta la fecha, sin Banda oficial.

Día de La Rioja, día de la identidad de una tierra que se reivindica, formalmente, en San Millán de la Cogolla, allá donde germinó el segundo de sus productos 'estrella', junto al vino que le ha abierto las puertas del universo exterior, la lengua española que en casa se dice castellana y es además riojana.

Allí, en el paisaje donde se escribió por primera vez, el presidente de la región, José Ignacio Ceniceros, aboga por «sellar un acuerdo social entre generaciones que asegure unas condiciones favorables para el presente de la juventud y haga posible que los jóvenes asuman el compromiso con el mañana de La Rioja.

Lo decía en el Monasterio de Yuso, tras refrendar que «La Rioja es la suma de los riojanos» e insistir en que «integrar a los jóvenes es contar con todos. Hay que unir generaciones y esfuerzos para hacer frente a los retos de Comunidad», asumiendo que ésta es una tierra «joven desde el punto de vista institucional» pero «el aumento de la esperanza de vida y el descenso de la natalidad plantean incertidumbres» para las que trata de encontrar respuesta.

Es esa situación la que le lleva a recordar que el desafío demográfico es «una de las prioridades del Gobierno riojano» y defender el Pacto por la Emancipación de los Jóvenes, convencido de que «La Rioja está preparada para imaginar nuevos horizontes. Con nuestros jóvenes somos presente y somos futuro. Y con ellos queremos construir el porvenir», enfatiza en su discurso institucional, el más esperado del año.

Señala, para ello y en primera persona, a Pablo Sáinz Villegas, distinguido como Riojano Ilustre que «encarna a una nueva generación de riojanos que guían su trayectoria vital hacia los valores del esfuerzo, la solidaridad y el afán de superación»; a Alberto Corazón, Riojano de Honor que «personifica el esfuerzo por difundir el carácter, principios y valores del pueblo riojano»; a la Fundación Pioneros, que cumple cincuenta años con una fórmula «basada en su compromiso con el tercer sector de acción social»; y al espectáculo medieval 'El Reino de Nájera', reconocido con la Medalla de La Rioja por el trabajo que realiza la Asociación de Amigos de las Crónicas Najerenses desde hace ya medio siglo para «reflejar la capacidad de diálogo entre generaciones y la transmisión de valores culturales de padres a hijos y nietos para preservar la identidad riojana».

En Haro, a la suflama le sigue el respaldo de la fiesta a pie de calle.

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