Carlos Moro marida su vino con el vestigio de la cultura romana

El escritor riojano Emilio del Río fue el protagonista del Encuentro entre Vino y Literatura, celebrado el pasado fin de semana en Bodegas Carlos Moro de San Vicente de la Sonsierra, un maridaje literario centrado en la obra 'Calamares a la romana', que repasa las relaciones personales, la música, la gastronomía, el entramado social y el ocio para demostrar que aún seguimos comportándonos como romanos.

Los asistentes tuvieron la oportunidad, además, de degustar la última novedad de la bodega, el tempranillo 'CM 2017', que lleva las iniciales de su autor, el bodeguero Carlos Moro.

El periodista, poeta y director de Relaciones Institucionales de El Norte de Castilla y subdirector de la Fundación Vocento, Carlos Aganzo, fue el moderador del coloquio, en el que se intercambiaron opiniones con el autor, para quien «todos somos romanos, aunque no nos demos cuenta».

'Calamares a la romana' es un libro en clave de humor sobre la vida cotidiana de los romanos. Para Emilio del Río, hablar de los romanos es hablar del hombre actual, puesto que «vivimos, reímos, nos enfadamos, amamos e incluso insultamos como los romanos». El autor habla en su libro de una magnífica herencia romana como es el vino: «Conocer nuestro origen romano y nuestra lengua madre, el latín, nos permite conocernos mejor a nosotros mismos y evitar que se repitan errores ya cometidos».

La jornada comenzó con un recorrido por el entorno de la bodega y sus viñedos centenarios, entre los que se encuentra el Viñedo Singular Viña Garugele, de donde procede el vino homónimo. Posteriormente, se presentó la añada de 'CM 2017', el primer vino de Bodegas Carlos Moro en la Denominación de Origen Calificada Rioja.

Este tempranillo nace en San Vicente de la Sonsierra, uno de los municipios más codiciados por el bodeguero por su riqueza y peculiaridad de sus viñedos.

Las uvas con que se elaboran los vinos etiquetados como 'CM' proceden de viñedos de entre treinta y cinco y cincuenta años, plantados en vaso. La edad de las cepas hace que los frutos sean minúsculos, pero con una expresividad mayúscula. La uva se recoge a mano en cajas de pequeño tamaño, lo que garantiza un proceso cuidado al más mínimo detalle.