Beronia sumerge bajo el viñedo su apuesta enológica más sostenible

De eso trata, aunque se esconda bajo los lienzos que dibujan los viñedos de la comarca jarrera una imponente instalación que escarba en el subsuelo de la zona para encontrar la manera de afectar lo menos posible al planeta, dotándose de un «revolucionario sistema de aprovechamiento de la energía geotérmica para climatizar las instalaciones y lograr un menor consumo energético» que recurre a otras tres fuentes de energía renovables, la aerotermia, la fotovoltaica y la térmica solar, con las que mantener el resto de su actividad.

He ahí la clave conceptual de un complejo vitivinícola que se presentaba en sociedad, ayer mismo y en presencia de la presidenta de la Comunidad riojana, Concha Andreu, como «uno de los más eficientes y sostenibles del mundo».

Tanto por el refuerzo de todas esas innovaciones tecnológicas con la incorporación del sistema Cleanwood, como por el diseño y modelo de gestión de su actividad que, según detallaron los promotores de este ambicioso proyecto, garantizan «la calidad ambiental interior y bienestar para sus ocupantes y visitantes, con relación al confort térmico, lumínico y la calidad del aire, con sistemas inteligentes de detección de CO2, así como con el uso de productos y materiales saludables y responsables ambientalmente».

El acabado final, sorprendente porque engloba un amplio listado de disciplinas técnicas, responde, no obstante, a una labor de equipo en la que han participado Matías Calleja, como responsable de la dirección enológica; los arquitectos del gabinete IDOM Gonzalo Tello y Borja Gómez; Isaac Escalante Camus, al diseñar el tratamiento paisajístico de la zona de intervención; y Patrizia Laplana, de Asla Green Solutions, que se encargó de gestionar la certificación Leed.

Bodegas Beronia, levantada por un grupo de amigos en las márgenes de la carretera regional que conduce de Ollauri a Nájera a través de Hormilla hace cerca de cincuenta años (1977), es consciente de que su fundación se produjo como consecuencia del «compañerismo, trabajo y pasión por el vino» que compartían sus primeros propietarios, que sumaron esfuerzos cuatro años antes de su entrada en funcionamiento para constituir la sociedad. Hoy da un paso que conduce al futuro y del que son cómplices «ingenieros de caminos e industriales, arquitectos, ecólogos, hidrogeólogos, expertos en calidad ambiental interior y físicos».

Todos ellos sustentan la puesta en escena de esta 'otra' bodega Beronia del grupo González Byass que, según sostiene la mercantil a través de su gabinete de comunicación, «representa una aproximación holística en la creación de una bodega, donde todos los elementos que la componen afectan en el devenir de los vinos que se elaboran. Maquinaria, depósitos de fermentación y barricas, así como el propio edificio, con su ubicación y disposición sobre el terreno, sus materiales y los sistemas que la integran convergen hacia un único objetivo: la elaboración de vinos singulares que expresen fielmente la esencia de esta región vitivinícola y propicien momentos de disfrute entre amigos».

La prueba de todo ello, el primer vino de viñedos singulares que sacará al mercado y pretende «expresar fielmente la esencia de esta región vitivinícola y propicien momentos de disfrute entre amigos», porque ese concepto que subyace en el origen es el único elemento que se mantiene, a pesar de la imparable evolución tecnológica, inalterable.