Los Reyes Magos volvieron a la plaza
El desfile de Sus Majestades transcurrió con normalidad para terminar en Cardenal Orbe, donde los Reyes Magos no estaban desde el año 2019
Después de varios años sin pisar la plaza Cardenal Orbe, Melchor, Gaspar y Baltasar pudieron disfrutar, de nuevo, charlando con los niños y niñas de Ermua en su tradicional espacio del quiosco central del municipio, tras realizar su tradicional recorrido, en Cabalgata, por las calles de la villa.
Como era habitual, salvo en época de pandemia, los tres Reyes Magos acudieron, en primer lugar, a la Residencia de la Tercera Edad de Abeletxe, donde fueron muy bien recibidos por los mayores de la localidad y disfrutaron así de un momento de charla con los Reyes recién llegados de Oriente. Posteriormente, éstos con sus pajes se desplazaron al colegio San Lorenzo para montarse en sus carrozas y disfrutar de la alegría que se vivió y del reparto de caramelos que se llevó a cabo durante todo el recorrido de la Cabalgata por las calles de la villa.
La música estuvo muy presente en esta edición, si cabe, más que en anteriores cabalgatas, ya que además de la txaranga local Irulitxa que precedía el desfile se contó con la txaranga Mauxitxa, de Elgoibar, cerrando la comitiva y cada carroza llevaba sus propios villancicos.
También se está volviendo habitual, oír el rugir tranquilo de los motores de las 'burras' de la asociación local de moteros 'Te gusta la ruta?', que transportaban en sus vehículos la estrella de Oriente y a unos pastorcillos y ángeles muy 'sui géneris', que ya se han convertido en uno más de los atractivos del desfile.
Los pajes y ayudantes de los Reyes Magos cumplieron con su trabajo y repartieron entre la multitudinaria población que se reunió en todo el recorrido, cerca de una tonelada de caramelos que se trajeron para este paseo.
Los antorcheros, de los centros regionales locales, que recorrieron todo el camino junto a las carrozas de los Reyes Magos, también realizaron su trabajo a la perfección, ya que consiguieron que ninguna persona se cruzara en el camino de la comitiva cuidando así de la seguridad del evento.
Gracias a estos centenares de personas voluntarias, los Reyes pudieron realizar, como debían, su trabajo para que los más pequeños de casa disfrutaran ayer de la visita de Sus Majestades y, hoy, de sus regalos.
