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Los colonos británicos se aprovisionaron de armas de Soraluze y Eibar en la Guerra de la Independencia americana. A. ECHALUCE
Armas vascas en la Independencia americana

Armas vascas en la Independencia americana

Mosquetes de Soraluze y Eibar fueron fundamentales para el triunfo de la sublevación de 1776

alberto echaluce

Sábado, 16 de junio 2018, 21:55

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A través de la exposición, 'La Búsqueda de la Felicidad' del Museo Naval, de Donostia, se ha podido conocer la importante exportación de armas que salían de Eibar y Soraluze hacia América, para las trece colonias británicas en su lucha contra Gran Bretaña por lograr su Independencia en 1776.

La muestra en el museo donostiarra ha permitido destacar un episodio de nuestra historia marítima, como es la colaboración brindada a los colonos que contaron también con el apoyo de diferentes naciones europeas.

En este contexto, desde los puertos vascos, principalmente Bilbao, se suministraron armas, municiones, uniformes y ayuda técnica utilizando para ello las rutas de comercio y contrabando que los comerciantes vascos tenían ya establecidas con comerciantes de las colonias británicas. Este hecho resultó determinante para el triunfo de la causa de la Independencia.

El historiador Xabier Alberdi ha estudiado esta aportación de los fabricantes de armas de Soraluze y Eibar, «principalmente mosquetes que implicaban a muchos gremios como los cañonistas, los cajeros, llaveros... Toda esta fabricación era recogida en la Real Fábrica de Armas de Placencia que funcionaba a modo de almacén», decía Alberdi

Junto a ello, una serie de factores que se concentraban en nuestro territorio, principalmente el protagonismo cobrado por la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, los estrechos vínculos entre comerciantes vascos y norteamericanos y la presencia de un sector productivo especializado en la fabricación de bienes estratégicos para la guerra (armas y construcción naval), permitieron, junto con un marco aduanero favorable, establecer una relación intensa y vital para el desenlace del Guerra de Independencia.

«Importar bacalao aquí era legal, pero el envío de productos tenía que realizarse con el permiso de la metrópoli, es decir, Inglaterra. Pero los colonos necesitaban armas de la comarca del Bajo Deba, tras desatarse la sublevación, aunque España y Francia pese a estar a favor de los rebeldes no podían mostrar su posicionamiento por la posibilidad de entrar en guerra con Inglaterra», explicó Alberdi.

Amplia fabricación

Entre las armas que se fabricaban se encuentran fusiles y guardias de infantería, bayonetas de ejércitos, pistola de Dragones, pistola de Marina, carabinas y pistolas de los Guardias de Corps, entre otras.

Esto hace que surgieran comerciantes americanos que a cambio de tabaco, bacalao y otros productos solicitasen de vuelta el envío de armas vascas. «Cuando estalla la guerra contra Gran Bretaña, la exportación ya no se realiza por la vía de los comerciantes, sino que es la Real Compañía de Caracas que además de financiar a la Real Fábrica de Placencia se dedicó a llevar armas a los colonos».

En principio, los diferentes componentes (cañones, culatas y demás» se llevaban desmontados y escondidos en barriles, entre clavos, para después montarlos en una fábrica ubicada en Isla Margarita. «Llevaban incluso operarios de Soraluze y Eibar a Isla Margarita, para que luego trabajaran en el montaje de las armas».

Por ello, cabe destacar la relevancia y protagonismo que en este sustento tuvieron la Real Fábrica de Armas de Placencia y la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, proveedoras de muchos de los recursos bélicos que se requerían en este conflicto internacional. En la exposición del Museo Naval, se pueden ver estos objetos, maquetas, armas, documentos y abundante material gráfico de época, tanto originales como reproducciones.

El Museo Naval ofrece visitas guiadas gratuitas a la exposición, dirigidas al público en general, los martes y los miércoles, en días laborales, a las 17.00h en euskara y a las 18.00h. en castellano, sin reserva previa hasta completar aforo.

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