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Sin duda, el objeto más codiciado durante el apagón que afectó a toda la Península fue la radio. Muchos sacaron del cajón esos transistores a pilas que llevaban tiempo cogiendo polvo y que les sirvieron para mantenerse informados y conectados en un momento de auténtica incertidumbre.
Una de ellas fue Sara Carbonero. La periodista dudarlo recurrió a una radio retro portátil que mostró en redes y llamó la atención de sus seguidores. Un par de días después del apagón ha querido contar la historia que se esconde detrás de este aparato. «Os ha gustado mucho esta radio, con cassette incluido», escribe y cuenta que fue un regalo de su amiga íntima Isabel Jiménez. «En 2019, el día en el que terminé mi durísimo tratamiento, mi amiga/hermana Isabel apareció en el hospital con una caja enorme envuelta en papel de regalo«, añade.
Junto a la radio, había tres cintas «en las que Isa se había grabado diciéndome un montón de cosas bonitas que, lógicamente me hicieron emocionarme muchísimo», cuenta la periodista y confiesa que tardó un tiempo en escucharlas. «Recuerdo que me dormía con su voz, me daba calma».
Este bonito detalle no se quedó ahí. Jiménez le puso 'deberes' a su amiga. «La que tenía que grabar otras cintas vírgenes contando mi historia o lo que me apeteciese era yo. Era una manera de mantener la mente ocupada ante lo que venía por delante», explica. Sara le hizo caso «y ahí están», afirma. «En estos seis años nunca he vuelto a escucharlas. Sé que llegará el día en el que se las pondré a mis hijos y el recuerdo agridulce dará paso a uno de los más bonitos de toda mi vida. Paso a paso».
El lunes, cuando rescató la radio durante el apagón «volví a recordar todo lo que había detrás y sonreí. Siempre he dicho que solo ella, Isabel, tiene estas ideas, que es capaz de remover cielo y tierra para sorprenderme», apunta y cuenta otra de las ocurrencias de su amiga: «Quiso traer unos mariachis al hospital ese día de la última quimio pero era demasiado ya. La comida mexicana sí entró en la habitación. Y cantamos y bailamos en la terraza», concluye.
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