Los refugios estivales de las monarquías europeas
Otro protocolo. A lo largo del verano, las familias realesse trasladan a enclaves más íntimos y próximos al mar
Joaquina Dueñas
Sábado, 16 de agosto 2025, 08:55
El lunes 4 de agosto se celebró en el Palacio de Marivent la tradicional recepción de la monarquía a responsables institucionales y figuras representativas de ... la vida social, cultural, deportiva y empresarial de Mallorca, en la que por primera vez participaron la princesa Leonor y la infanta Sofía junto a sus padres, los reyes Felipe y Letizia, y su abuela, la reina emérita Sofía. Cada año, la familia real se instala en el idílico enclave balear dando inicio a un período estival que combina descanso con agenda y presencia pública.
La española no es la única familia de la realeza europea que con la llegada del verano abandona sus residencias oficiales y se traslada a enclaves más íntimos. Desde Mallorca a Escocia, pasando por islas suecas o fortalezas francesas, estos son algunos de los santuarios donde los 'royals' recargan energías.
Palacio de Marivent
Sinónimo del estío para los Borbón
La familia real española veranea desde hace más de medio siglo en el Palacio de Marivent, una joya arquitectónica del siglo XX situada sobre un acantilado en Cala Mayor, Palma de Mallorca. Con 33.000 metros cuadrados de jardines, vistas privilegiadas al Mediterráneo y esculturas de Joan Miró, Marivent se ha convertido en sinónimo del verano de los borbones.
Construido entre 1923 y 1925, el recinto fue cedido en 1973 a los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía. Además de las recepciones, el recinto ha acogido desde posados familiares hasta visitas internacionales como la de Lady Di y el príncipe Carlos o la de Michelle Obama.
Palacio Real de la Almudaina
Una perla en el centro de Mallorca
Situado en pleno corazón de Palma de Mallorca, junto a la catedral, es uno de los enclaves más emblemáticos de la monarquía española durante el verano. De origen islámico y transformado en palacio cristiano tras la conquista de la ciudad, La Almudaina conserva su función como residencia oficial del Rey en la isla, si bien no es la residencia privada, que corresponde a Marivent.
Gestionado por Patrimonio Nacional, de sus paredes cuelgan tapices flamencos y está decorada con muebles históricos, así como obras religiosas y civiles. En su estructura se pueden observar tanto vestigios islámicos como cristianos.
Considerado más un lugar institucional que de descanso, allí se celebran audiencias y recepciones formales durante la estancia estival de los Reyes y su familia. Su arquitectura gótica y su ubicación estratégica junto al mar lo convierten en un símbolo del poder real en Baleares y en un nexo entre el pasado histórico de la monarquía y su papel presente.
Balmoral
La esencia escocesa de los Windsor
Situado en Aberdeenshire, en el corazón de las Tierras Altas de Escocia, el castillo de Balmoral es uno de los lugares más simbólicos para la familia real británica. Propiedad privada del monarca desde que el príncipe Alberto lo comprara en 1852 para la reina Victoria, la fortaleza fue el refugio predilecto de Isabel II, quien pasó allí sus últimos veranos y donde falleció en 2022.
El entorno natural, la caza, los paseos por los bosques y la vida rural forman parte del estilo Balmoral. En él se han vivido capítulos históricos, desde la luna de miel de Carlos y Diana, hasta el trágico anuncio de la muerte de la princesa de Gales en 1997. Hoy, Carlos III continúa la tradición acompañado de la reina Camilla y parte de la familia.
Solliden
El oasis sueco en Öland
En Suecia, la familia Bernadotte, actual casa real sueca, elige la isla de Öland, reserva de la biosfera de la Unesco, para instalarse en el Palacio de Solliden, una villa de inspiración italiana mandada construir en 1906 por la reina Victoria. Rodeado de jardines temáticos (renacentista, inglés y holandés), este palacio es desde hace décadas el corazón del verano real sueco.
Además, cada 14 de julio se celebra allí el cumpleaños de la princesa heredera Victoria, un acto institucional que reúne a ciudadanos y medios ante una estampa familiar que ya se ha convertido en una tradición nacional.
Graasten
Recuerdos familiares en Jutlandia
El castillo de Graasten, en el sur de Dinamarca, es el destino estival de Federico y Mary de Dinamarca. La reina Margarita solía pasar allí sus veranos antes de ceder protagonismo a los actuales monarcas y, de hecho, en julio pasó unos días junto a sus hermanas, la princesa Benedicta y Ana María de Grecia.
Se trata de una residencia campestre con extensos jardines, ideal para el reencuentro de toda la familia desde su adquisición por la Corona danesa en 1935. Las fotografías anuales a las puertas del castillo son ya una tradición esperada.
La reina Margarita tenía también otro destino predilecto, el Château de Cayx, en el valle francés del Lot, una finca vinícola adquirida en 1974 junto a su esposo, el príncipe Henrik. La propiedad, rodeada de viñedos, combina el retiro familiar con la producción de vino, y abre al público en visitas limitadas. Con sus diez habitaciones, biblioteca, piscina y una notable colección de arte tribal, es también un rincón de descanso habitual para sus hijos y nietos.
Magerø y Bygdøy
Noruega entre el campo y el mar
La familia real noruega reparte sus veranos entre la granja de Bygdøy, en Oslo, la propiedad real más antigua de Europa, en manos de la monarquía desde 1305; y la casa de verano en la isla de Tjøme, también llamada Magerø, que significa «el fin del mundo conocido», una isla que los noruegos visitan para practicar deportes acuáticos y bañarse en sus playas. Esta última es el lugar predilecto del rey Harald y la reina Sonia, donde disfrutan de navegación, pesca y privacidad.
También visitan Oscarshall, un palacio neogótico situado en un fiordo de Oslo, reservado para ocasiones puntuales. Fue construida entre 1847 y 1852 por encargo del rey Oscar I y la reina Josefina como monumento al arte noruego. Propiedad del Estado, está a disposición del rey, y suele acoger eventos relacionados con el arte y la cultura.
Ciergnon y Île d'Yeu
Doble retiro para los reyes belgas
En Bélgica, el castillo de Ciergnon, en Namur, es la residencia tradicional de verano de los reyes Felipe y Matilde. Allí han bautizado a sus hijos y disfrutan de reuniones familiares en un entorno campestre. Pero su rincón favorito se encuentra más al sur: una villa privada en Île d'Yeu, Francia. La adquirieron en 2019 tras alquilar varias temporadas en la isla. Con acceso directo al mar y ambiente discreto, es hoy su refugio más personal.
Villa en Kranidi
El retiro mediterráneo de los Orange
Los reyes Guillermo y Máxima de los Países Bajos pasan los veranos en su villa privada en Kranidi, Grecia, adquirida en 2012. Con playa y puerto privado, la propiedad es un símbolo de la predilección del monarca por la intimidad. Antes, veraneaban en Mozambique, pero el escándalo por la compra durante la crisis les llevó a venderla.
La familia también disfruta de la villa Rocco dei Dragoni, en la Toscana, comprada por la princesa Beatriz en 1973, donde Guillermo pasó parte de su infancia.
Roc Agel y Torre Serrazine
Mónaco y Luxemburgo, en la Costa Azul
La familia Grimaldi de Mónaco pasa sus veranos en Roc Agel, en la cima de Mont Agel, una finca con granja construida por el príncipe Rainiero para Grace Kelly en 1957. Tras su renovación en 2015, se convirtió en el refugio favorito de la princesa Charlene.
En la vecina Provenza, la familia Gran Ducal de Luxemburgo disfruta del sol mediterráneo en la finca Torre Serrazine, en Cabasson, propiedad desde los años 60 de la gran duquesa Carlota. Rodeados de nietos y generaciones de los Nassau, este rincón familiar se mantiene como el bastión veraniego de los grandes duques.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión