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Meghan, a la derecha, toma café en un acto de una organización en defensa de la mujer en Vancouver. :: AFP
Pérdidas y ganancias de la espantada de Enrique y Meghan

Pérdidas y ganancias de la espantada de Enrique y Meghan

La renuncia a sus funciones en la corte de Isabel II les resta privilegios de la realeza, pero amplía sus expectativas económicas hasta mil millones de dólares en una década

P. MUÑOZ

Lunes, 20 de enero 2020, 00:53

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Consumado el 'Megxit', llega la hora de hacer balance. La factura de la renuncia de Enrique y Meghan Markle a sus funciones como miembros de la familia real británica la dejó firmada Isabel II el pasado sábado: los duques de Sussex no recibirán a partir de primavera dinero público para sostener su nueva vida, no representarán oficialmente a la corona, tampoco podrán usar los títulos de alteza real y devolverán a Hacienda los 2,7 millones de euros que costó la reforma de su vivienda, Frogmore Coottage, sufragada con el dinero de todos los ciudadanos. Eso sí, no pierden la propiedad de este palacio de cinco habitaciones, próximo al castillo de Windsor, que la reina regaló a su nieto. Será su hogar cuando decidan tomar distancia de Norteamérica –inicialmente han fijado su residencia en Canadá– y pasar alguna temporada en el Reino Unido.

Su decisión de poner tierra de por medio con la corona era tan firme que los duques de Sussex fueron cortando de forma inexorable sus vínculos con la corte en los últimos tiempos. El tabloide 'Daily Mail' informaba hace unos días de que los dos únicos empleados permanentes que vivían todo el año en Frogmore Cottage, una limpiadora y un 'house manager' –una especie de supervisor del personal doméstico– habían sido trasladados a otros puestos al servicio de los Windsor. Al resto de miembros del 'staff' más específicos de la mansión de Berkshire y requeridos en función de la agenda de los propietarios, como cocineros, doncellas o lacayos, se les comunicó que sus labores ya no eran necesarias allí. Fuentes cercanas a la pareja han desvelado que los duques mantenían en la vivienda una plantilla mínima y que nadie se quedará en la calle. Todos, agregaron, serán recolocados.

El sexto en la línea de sucesión al trono británico y su esposa han patentado una web, sussexroyal.com, de la que aún se desconoce si, dado su estatus ya ajeno a la monarquía, podrá ser utilizada. De entrada, la página se hizo eco el mismo sábado del comunicado emitido por el Palacio de Buckingham y anticipó que informará próximamente sobre los pasos de la andadura de los duques por su nueva vida. Pese a perder su tratamiento de altezas reales, ambos aspiran a seguir usando el título con el que se les conoce mundialmente como su 'marca' personal y su medio de ganarse el sustento.

Algunos analistas aseguran que la pareja saldrá ganando económicamente con el cambio; que solo la comercialización a través de su plataforma digital de decenas de productos, desde libros a camisetas, y su intención de aprovechar al máximo su tirón como 'celebrities', codeándose con los Obama o los Clinton en el circuito de las conferencias, les puede reportar hasta mil millones de dólares en una década. Y eso, sin contar la posible vuelta de Meghan a los platós, de la que ya se habla.

Enrique, en los terrenos de la mansión de Frogmore Cottage. :
Enrique, en los terrenos de la mansión de Frogmore Cottage. : EFE

Meghan, feliz en Canadá

El excesivo escrutinio de la prensa, uno de los motivos del enfado de la exactriz norteamericana y el hijo menor de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales, no ha bajado ni un ápice. Al contrario, cada uno de sus movimientos es observado con lupa por los medios de comunicación y seguido con enorme atención por los británicos. Sin ir más lejos, su última salida de la mansión de 14 millones de dólares de la Isla de Vancouver en la que el matrimonio se instaló con su hijo, Archie, para pasar las vacaciones de invierno. Disfrutando de su recién estrenada libertad, lo hizo al volante de un todoterreno negro, acompañada de un miembro de su equipo de seguridad y muy sonriente para recoger en el aeropuerto internacional de Victoria a su amiga Heather Dorak, instructora de pilates estadounidense. La duquesa, nacida en Los Ángeles, vivió entre 2011 y 2017 en Toronto, donde se rodaba la serie de la que era protagonista, 'Suits'.

Mientras tanto, Enrique hacía su primera aparición pública tras anunciar su dimisión como miembro senior de la Casa Real británica. Y también la última de su agenda oficial. Llegó con gesto serio y pendiente del móvil al Palacio de Buckingham para asistir a un encuentro con jóvenes representantes de las 21 selecciones internacionales que participarán en la Copa Mundial de Rugby 2021. Tras el sorteo de los partidos, el duque se dirigió a los jardines de palacio, donde unos niños ya estaban jugando. Amedida que transcurrieron los minutos se fue animando y charló de forma distendida con varios de los jugadores. «Hemos empezado sin ti», bromeó uno. Enrique se rió y le replicó: «Tened cuidado con el césped, que si no me meto en un lío».

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