Las llamativas heridas en la cara de Verdeliss tras completar el reto de las siete maratones
La influencer navarra ha explicado a sus seguidores el origen de estas costras
Es una secuela que llama la atención a simple vista. Verdeliss reapareció en sus redes sociales con la barbilla completamente llena de costras tras vencer en la World Marathon Challenge, el reto de completar siete maratones en siete días. Abrasada. Unas heridas que preocuparon a sus seguidores y por las que la influencer navarra terminó dando explicaciones a través de dos historias de Instagram.
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Estefanía Unzu, el nombre real de esta mediática corredora aficionada, explicaba que «la cara que me veis desfigurada no es solo por haber corrido las maratones, es abrasamiento». No es fruto de una caída, sino de las quemaduras que sufrió por el sol durante la prueba en Ciudad del Cabo. Un traspiés que ella misma ya había contado tras ganar esa etapa. «Me achicharré y se me olvidó meter en la maleta la crema de protección solar». «Me sigo recuperando. Va a ser divertido ver en el documental cómo se me va desfigurando la cara», se reía.
El peor aspecto de esas heridas en la piel fue la incomodidad para dormir. «Si ya se me hacía difícil conciliar el sueño en el avión, no os imagináis lo que es notando el escozor en los labios. Cómo tiraba y picaba toda la piel...», confesaba la corredora. Este vídeo llegó horas después de una sorprendente confesión en otra publicación tras triunfar en el gran reto. «No me duele nada. Más que nunca, esta máquina (en referencia a su cuerpo) es una maravilla», presumía.
La afirmación llegaba cuando la creadora de contenido prometía que «voy a seguir cuidando este cuerpito» tras vencer a sus 60 rivales. «Quizás no lo parezca, pero yo me regulo un montón». Asegura mirando a cámara que ha terminado «cansada, pero no dolorida». «Es un chasis increíble», remata tras completar la gigantesca prueba en un promedio de 3 horas y 18 minutos por maratón, venciendo en la general de cinco de las siete pruebas. En total, 295 kilómetros que, en realidad, se completaron en menos de seis días. Comenzó el viernes en la Antártida y terminó este jueves por la mañana hora española en Miami. Las cuentas están claras.
«No me duele nada. No me duelen las caderas, no me duelen las rodillas... Nada a nivel articular. El cuerpo me ha respondido maravillosamente. Lo único que noto es fatiga en los cuádriceps. No me ha dado un calambre y eso que he competido en condiciones de extrema humedad y calor». «La vida son dos días y hemos gastado uno. Lo he disfrutado, me he divertido, he sufrido como una bellaca... Y he sabido resucitar y recomponerme. Cuando regrese a España, volveré un poquito a la rutina», reflexionaba.
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