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Françoise Bettencourt Meyers, el legado silencioso de la mujer más poderosa de Europa

Françoise Bettencourt Meyers, el legado silencioso de la mujer más poderosa de Europa

Intelectual y filántropa, la heredera de L'Oréal se despide tras 28 años en el consejo de administración del gigante cosmético

Joaquina Dueñas

Domingo, 4 de mayo 2025, 00:07

La historia de Françoise Bettencourt Meyers, la segunda mujer más rica del mundo y la primera de Europa, está repleta de luces y sombras. A pesar de la buscada discreción de la heredera del imperio cosmético de L'Oréal, su vida ha estado salpicada de curiosidades y de escándalos que han dado hasta para una serie de Netflix. Ahora, a los 71 años y después de 28 en el consejo de administración del gigante empresarial europeo, ha decidido dar un paso a un lado y no ha renovado su mandato como consejera.

Austera, intelectual y creyente, siempre ha buscado una vida tranquila, interesada por la cultura y la religión y alejada de la vida social y de la atención mediática. Durante años ha dedicado tiempo al estudio de la Biblia y de la mitología, llegado a escribir cinco volúmenes sobre el libro sagrado, así como una genealogía de los dioses griegos. Con aficiones reposadas, también es conocida su devoción por el piano. Sin embargo, no pudo evitar verse envuelta en un enfrentamiento por la fortuna familiar durante los últimos años de vida de su madre.

Católica por nacimiento, se convirtió al judaísmo cuando se casó con Jean-Pierre Meyers, nieto de un rabino asesinado en Auschwitz, y crio a sus hijos, Jean-Victor y Nicolas, en esa religión. De hecho, la condición de judío se transmite a través de la madre. Solo si ella lo es, el hijo también lo será, independientemente de si el padre lo es o no.

Una conversión que llamó la atención en la sociedad parisina ya el fundador de L'Oréal y abuelo de Bettencourt Meyers, Eugène Schueller, había sido simpatizante y colaborador nazi.

Pero el auténtico escándalo que la puso en el ojo del huracán llegó en 2007, cuando la rica heredera decidió acudir a los tribunales para inhabilitar a su madre, Liliane Bettencourt, que tenía entonces 84 años. Un asunto serio ya que había en juego una fortuna de miles de millones de dólares.

Al tiempo que la madre había ordenado todos los papeles para que su única hija heredara la mayor parte de su patrimonio, regalaba grandes sumas de dinero provenientes de la compañía a su círculo de amigos más cercano, especialmente, al fotógrafo François-Marie Banier a quien también le entregó cuadros de Picasso y de Matisse. Durante el proceso judicial se supo que Banier había sugerido a Liliane la posibilidad de su adopción para adquirir derechos sucesorios sobre su riqueza.

La controversia sobre las generosas entregas de dinero salpicó incluso al mismísimo Nicolas Sarkozy cuando el ministro de Empleo Eric Woerth fue acusado de recibir una donación ilegal para la campaña presidencial de 2007 del líder de Unión por un Movimiento Popular.

En 2011, la justicia dio la razón a Françoise, que fue nombrada junto a sus dos hijos como guardianes de los intereses de la matriarca de L'Oréal. Unos años después, en 2015, el fotógrafo François-Marie Banier fue condenado a tres años de prisión mientras que Eric Woerth fue absuelto. Otros siete acusados fueron también declarados culpables de aprovecharse de la anciana que falleció en septiembre de 2017, a los 94 años.

Un terremoto judicial que removió la serena vida de la heredera del emporio cosmético, que, además de sus intereses intelectuales, tiene una vertiente filantrópica ejerciendo como presidenta de la fundación familiar, que se dedica a fomentar las ciencias y las artes en Francia. La entidad fue una de las grandes donantes para reparar la catedral de Notre Dame tras el incendio de 2019, aportando 226 millones de dólares.

El año pasado, la francesa ocupaba el primer puesto de la lista de las mujeres más ricas del mundo, elaborada por 'Forbes', si bien este 2025, con una fortuna de 81.600 millones de dólares, ha descendido un puesto al ser desbancada por la estadounidense Alice Walton, heredera de Walmart, con 101.000 millones.

El pasado jueves 29 de abril, renunció a su cargo en el consejo de administración de L'Oréal, traspasando su puesto al holding de la familia, Téthys, con un respaldo de los accionistas del 95,59%. «No dejo L'Oréal, pero me retiro de su consejo de administración, en el que he servido durante 28 años», dijo a AFP. «Es una alegría para mi marido y para mí ver que el vínculo entre nuestra familia y L'Oréal continúa. Esperamos alimentarlo junto a nuestros hijos, Jean-Victor y Nicolas», añadió.

En su despedida, Françoise fue homenajeada. «Usted siempre ha resistido la tentación de las medidas a corto plazo que habrían sacrificado la inversión en aras de resultados inmediatos», le reconoció Jean-Paul Agon, presidente de L'Oréal. «Usted siempre ha luchado por proteger la integridad del grupo; a veces, puedo dar fe, a costa de su propia tranquilidad y la de su querida familia», subrayó, para terminar destacando su mayor facultad: «La discreción es una virtud silenciosa y usted la encarna».

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