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La entrevista más surrealista de Pablo Motos: «Esta noche no hay manera»

Antonia y Encarna Salazar, las Azúcar Moreno acudieron a 'El Hormiguero' y se enzarzaron en varias discusiones cómicas en las que involucraron al presentador

Lunes, 24 de febrero 2025, 22:57

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Sus canciones han acompañado a la audiencia desde hace décadas y en su recorrido vital está lleno de vaivenes que las han unido y separado a lo largo del tiempo. Azúcar Moreno acudieron a 'El Hormiguero' para repasar su trayectoria y presentar sus nuevos proyectos. Toñi y Encarna Salazar, con decenas de éxito a sus espaldas, siguen siendo referentes de la música española con su inconfundible fusión de flamenco y pop. Desde su paso por Eurovisión hasta sus últimos temas, el dúo ha compartido creaciones que han marcado a su audiencia. «Hay una edad ya, que andamos ya por los cuarenta y tantos», bromeaban ante Pablo Motos. 

'Ya no queda nada' es su nuevo single. «Tenemos toda la fe y la energía puesta en esta canción», indicaban. «Es muy gitano y muy flamenco, pero hemos dado un cambio. Volvemos a nuestros orígenes, al 'gitaneo'», afirmaban antes de enzarzarse en una discusión por un término calé que aparece en su tema. «Ando suspirando tus querelles», dice la pieza. Y las mujeres no se ponían de acuerdo a la hora de explicarle al presentador qué significaba. «Pero, hijo de mi vida, es que estamos los tres como tres…», protestaba Encarna. «Pues mira, ya que estamos hablando de amor, si viene uno y se querela, lo mando a tomar por saco», zanjaba Toñi. 

El presentador aprovechó para preguntar a las invitadas qué tiene que tener una persona para enamorarlas. «Para mí, que sea buena gente… y que esté bueno también para que nos vamos a engañar», aseguraba Toñi con sorna. «Que tenga un poco de todo», sumaba su hermana. «Sobre todo que tenga guste, porque tú puedes tener un prototipo y luego te gusta alguien diferente. También tenga puede pasar», insistía. Pronto confesaron que, en cuestión de parejas, tienen gustos distintos. «Me gustan los bohemios, los que están un poco loquitos. Pero locos con cordura», apuntaba Toñi. «Pero eso es complicado, vete y encuéntralo», espetaba Encarna. La aludida quiso explicarse. «Hay una frase de Joaquín Sabina que me marcó: Soy una golfa decente. Y yo soy un poco así», confirmaba. Y volvieron a engrescarse. «Es que tú también nos das caña, y entonces no paramos», reprochaba Toñi al comunicador. «Vaya, ahora la culpa será mía. Vais las dos contra mí, ya lo veo», replicaba con humor Motos.

«Nosotras somos gitanas puras, pero siempre hemos hecho canciones pop. Y este tema es todo lo contrario a los 45 años que llevamos. Es más flamenca, es más pura. Y me encanta», argumentaba Toñi ya en serio. «Nosotras vamos por libre porque hoy está la cosa complicada para todo el mundo, para los artistas también. Antes había multinacionales y ahora te lo tienes que hacer tú todo. Y habrá que seguir así. Y encantadas de la vida», explicaba Encarna. «Somos mujeres luchadoras y nunca vamos a dejar de luchar por la música porque es nuestro sueño», perseveraba Antonia. 

«Ahora el que se va a enfadar soy yo. Me han contado que en diciembre actuasteis en Miami en la casa de alguien muy poderoso, pero no queréis decir quién», avisaba Motos. «Pues estaba forrado el tío, pero no lo podemos decir», contestaba Antonia. Su hermana dio pistas. «La historia es que nos llevaron a un hotel de súper lujo y siempre pedimos que no hace falta que nos den la mejor habitación, queremos la que esté más cerca del suelo», arrancaba. «Vamos, que no cogemos el ascensor», puntualizaba la otra. Y les alojaron en un piso alto. «Tuvimos un problema hace muchos años en un ascensor en Argentina. El piso era muy alto, se metió medio equipo de rugby que estaban allí alojados, y se paró con todos dentro. Empezamos a gritar y nos quedamos traumatizadas», solucionaba Encarna. Para tratar de solventar el problema, a Toñi le metieron en una alcantarilla en un programa de televisión. «Pero, ¿qué tiene que ver una alcantarilla con un ascensor? Esta noche no hay manera, eh», recriminaba Pablo. «Estamos liando a la gente», se lamentaba la invitada. Y aclaraba: «Me contrataron para un programa que era de superar retos. Y me dijeron que me tenía que meter en una alcantarilla para vencer mis traumas. Total, que vino una psicóloga y le dije que para qué tenía que entrar en una alcantarilla. Y acabé entrando. Y me dijeron que había ratas, pero no había». Bajó, pero visto y no visto. 

La charla continuaba por otros lares. «La fama es difícil de digerir», garantizaba Antonia. Y añadía: «Nosotras somos conocidas, pero no famosas. No viene los paparazzis, nos hacemos portadas, no vendemos nuestra vida… Somos gente que se dedica a la música exclusivamente». Eso sí, no paran de trabajar. Acaban de llegar de actuar en Japón. «Cuidado que no son lo que parecen, creemos que son muy espirituales, pero míralos luego de fiesta. Me quedé muy sorprendida con ellos. Pero son muy majos», informaba Encarna. 

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