El drama de Ricky Rubio: «Una noche pensé 'no quiero seguir con la vida'»
El internacional español se sincera con Jordi Évole después de un año apartado de las pistas
A. Mateos
Lunes, 7 de julio 2025, 07:59
Ricky Rubio lleva un año sin jugar al baloncesto. Regresó de la NBA para volver al Barça pero su vuelta a la ciudad condal no fue lo esperado y puso fin a su aventura como azulgrana antes de lo esperado. Aunque en aquel momento se entendió como una retirada del jugador, Rubio sembró anoche la duda. En una estremecedora entrevista con Jordi Évole, Rubio afirmó que quiere volver a jugar al baloncesto «pero no puedo». «La respuesta cada vez es más clara. Y lo que sabemos es que no tenemos todas las respuestas. No lo sé ni yo», dijo sobre una posible vuelta a las pistas.
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La pregunta que pasa por la cabeza de uno de los mejores bases de la historia del baloncesto español es si merece la pena o no. El jugador ha pasado por diferentes crisis en torno a su salud mental. «Yo si ahora repaso mi carrera no estoy satisfecho, porque nunca ha sido suficiente. Mis emociones siempre las he intentado esconder porque si no, me frenaban», aseguró anoche ante Évole. Ese sentimiento de autoculpa le persiguió durante toda su trayectoria: «Perdemos los cuartos de final por un triple de Teodosic y yo en ese momento no quiero hablar con nadie, me derrumbo y digo 'hemos perdido por mi culpa', empieza la culpa 'soy un fracasado'».
Aquello ocurrió en el Mundial de 2010, cuando Ricky tuvo que coger las riendas de la selección tras la lesión de Calderón. Solo tenía 19 años. Pese a su juventud, Rubio ya contaba con experiencia en la élite. Debutó con 14 años con La Penya Joventut. Dejó el colegio unos días y se fue de pretemporada con el equipo. Y aunque se llevó los libros para estudiar, la vida del catalán cambiaría para siempre: «El vestuario es una jungla incluso con tus compañeros. Ves que tienen un lado oscuro y que si te tienen que pisar para triunfar, te pisan sin problemas aunque tenga 14 años. Aprender con 14 años es duro».
Otro de los momentos más duros de Ricky fue en el Mundial de 2019. A pesar del título de la selección y de que el propio Rubio recibiese el trofeo al mejor jugador del torneo, para él no fue suficiente: «Cuando estoy recibiendo el premio digo 'es que soy un farsante, yo no me merezco esto'. Como en Space Jam, sentía que me iban a quitar los poderes». A partir de ahí, la carrera de Ricky se va tociendo, especialmente, por culpa de las lesiones. Se rompe el ligamento anterior cruzado de la rodilla y se pasa un año recuperándose a toda velocidad para volver y sentir que «algo no va bien». «Una de las noches que estaba en el hotel dije 'no quiero seguir, ya no con el baloncesto, con la vida'. Tengo una familia, tengo un hijo... pero lo pensé por un segundo, notar que algo tomaba el control de mi mismo», apuntó.
Se pone serio para hablar del suicidio: «Puedo entender a muchas gente, tanto la que está en el momento de éxito y que por desgracia se han quitado la vida, o como gente normal que dice que no puede seguir, porque hay un momento en el que todo te pesa tanto...»
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Ricky reconoció que siempre se fijó en Pau Gasol. «Para mí nunca nada era suficiente. (...) En cuanto a nivel de lo conseguido, a mí me parecía que tenía que superar su carrera», señaló. Ahora se ve reflejado en otra joven estrella, Lamine Yamal: «Creo que se le está dando una responsabilidad a un niño que igual no está preparado, porque parece que porque juegues bien al fútbol en este caso, tenga que saber menejarlo todo».
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