Cuatro a la semana. Es lo que dice el contrato prematrimonial de Jennifer Lopez. Y así de entrada suena más llevadero que lo de Joaquín ... Prat: 'Cuatro al día'. Solo que lo de Prat es el sugerente título de un programa de televisión sobre actualidad y lo de JLo es exactamente... Sí, lo que todos estamos pensando. La diva latina le exige a su futuro marido un mínimo de cuatro coitos semanales. A Jennifer por lo visto no le duele nunca la cabeza. Traducir una relación sentimental a términos puramente matemáticos no me parece un buen negocio. Sin ser una gran experta, yo diría que el sexo masculino reacciona ante la coerción igual que ante el agua helada... Además, en esa cama van a ser siempre tres: él, ella y su abogado. Aunque esto a la extravagante fauna de Hollywood lo mismo le resulta excitante.
Hablando de Hollywood: ¿cómo reaccionaría la industria si esa cláusula se la pretendiera imponer él a ella? Supongo que el #MeToo se iba a quedar corto. En este caso en cambio nos hace gracia. Lo más fuerte que le ha llamado la prensa americana a Jennifer es «fogosa». Piensan que él es libre de aceptarlo o no, como dicen que admitió Marc Anthony la condición de 'uno al día'.
¿Pero diríamos lo mismo si fuera al contrario? ¿Consideraríamos a la futura esposa libre de aceptar una condición semejante o la veríamos como un pobre ser manipulado, víctima de un depredador sexual? En fin, que mientras nos perdemos en estas sesudas reflexiones, es muy probable que Jennifer y Ben ya vayan por el tercero... Y lo que le canta ella al oído es una nueva versión de la famosa canción de Pablo Milanés: «Yo no te pido que me firmes diez papeles grises para amar, te pido que me firmes como unos cien».
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