Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ilia Topuria busca la tranquilidad fuera del cuadrilátero de la UFC. El campeón hispanogeorgiano del peso pluma de la Ultimate Fighting Championship tiene varios rincones donde ir a relajarse y disfrutar lejos de los focos. Algunos de ellos gastronómicos. Es el caso de su restaurante favorito, Nou Collonet, un modesto local en la pequeña isla alicantina de Tabarca.
Hasta allí ha ido el influencer Pablo Cabezali, conocido en las redes sociales como 'Cenando con Pablo', para comprobar los motivos por los que sus platos han encandilado al hombre de moda en la lucha libre tras revalidar su título ante Max Holloway. «¿Cuál es tu restaurante favorito en España? Que yo voy, aunque esté en Melilla, me da igual, da igual el precio también», le preguntaba Pablo en su canal. Con cierto titubeo, de 'El Matador', respondió reconociendo que «es un compromiso».
El creador de contenido gastronómico no se esperaba esa recomendación. «Pues lo vas a flipar». Sorprendido, reconoció no haber estado nunca en esa isla. ¿El plato favorito de Ilia? el pulpo. «Le voy a decir a mi amigo Edu, que es su restaurante, que te prepare algo exquisito, te lleva con el barco y todo», le ofrecía el luchador. Dicho y hecho.
Fuera del lujo que podría manera Topuria por su caché, el influencer se encontró con un restaurante normal, con precios para todos los públicos. el favorito de Ilia tenía un precio de 17 euros. Pablo reconoció que el 'feeling' inicial fue «bastante pobre». «Si no fuese porque la carta está en euros... diría que estamos en una fecha anterior a mi nacimiento, al 93. La carta tiene precios tachados, con pegatinas escritas a boli... Y faltan muchas cosas que he pedido. Lo grabo por Ilia. Si vengo por libre, buscaría otro sitio».
El primer plato que prueba es la fritura, «bien de sabor y punto de sal, sin estar grasienta». Eso sí, critica que las gambas «si hay que pelarlas pierden el encanto». El plan viene acompañado de un tomate «aguado y raro». «No es mi restaurante favorito». ¿Las quisquillas? «No está mal para ser el único plato de marisco en la carta, pero no es nada especial», se sincera después de poner en valor la «cantidad» de huevas.
Siguientes platos. El arroz, a su parecer, tendría que estar «más hecho pero cumple». Y la caldero tabarquino de gallina lo baña una especie de «sopita con toque a ajo». «Tiene un tono extraño. Se deja comer... Con todo el respeto, ni fu ni fa». En total, paga por cinco platos más el agua 80 euros. «Mira, yo lo siento porque el propietario es amigo de Ilia, pero yo me he encontrado con que es flojo. No me ha convencido. No lo puedo recomendar», sentencia.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.