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«Con el corazón roto, pero lleno de gratitud, escribimos estas palabras». Así comienza la conmovedora carta de despedida de los padres y el novio de Belén Domínguez, la joven sevillana que falleció de cáncer el pasado sábado. A sus 31 años, llevaba ingresada 16 meses en el hospital Ramón y Cajal de Madrid tras ser diagnosticada durante el verano de 2023 de un tumor intramedular que le impedía moverse y la mantenía postrada en la cama.
«Agradecemos profundamente cada mensaje, cada palabra, cada abrazo y cada muestra de cariño que hemos recibido en estos días tan difíciles. Nos han sostenido y nos han hecho sentir acompañados», escriben en un post de Instagram en el perfil de la joven. «Belén fue luz, ternura, alegría… un regalo inmenso que Dios puso en nuestras vidas. Hoy, aunque nos duela, confiamos en que Él la ha recibido en sus brazos, con el mismo amor con el que ella nos abrazaba a nosotros», añaden.
Belén se convirtió en la paciente más querida del Ramón y Cajal por su valentía, sus ganas de vivir y su lucha incansable contra un cáncer que no le quitó nunca la ilusión y la sonrisa. Todo comenzó cuando en julio de 2023, de viaje en Londres, sintió un fuerte dolor en el cuello. La enfermedad truncó su soñada boda con su novio Emilio, que no se ha separado de ella en todo este tiempo, y su prometedora carrera profesional como fiscalista.
«Sabemos que ahora tenemos un ángel en el cielo, que desde arriba nos cuida, nos guía y nos envuelve con su amor. Te llevaste toda la luz de España, y nos hiciste dejar a un lado la tecnología para centrarnos en lo verdaderamente importante como tú hacías y querías que hiciésemos», detallan, haciendo referencia al histórico apagón que se vivió el lunes.
Belén llegó a escribir un libro, 'La vida es bonita, incluso ahora' y también llamó la atención del Papa Francisco -quien le escribió una carta personal-. Su carisma y su incansable lucha contra la enfermedad le hicieron muy popular en redes, donde la noticia de su muerte cayó como una losa. «Nos consuela imaginarte libre de todo sufrimiento, con el corazón lleno de alegría, rodeada de luz. Gracias por tanto, Belén. Que Dios te tenga cerquita y nos dé fuerza para seguir caminando con tu luz en el alma. Estamos en contacto», concluyen
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