Antonio Sánchez, el batería que dio alas a 'Birdman'
El ganador de cuatro premios Grammy y compositor de la banda sonora de la película de Iñarritu regresa este sábado a la capital alavesa
Antonio Sánchez (1971, México) guarda sus cuatro Grammy en el estudio de grabación que tiene en su casa de Nueva York. «Hacen muy buena decoración», dice uno de los baterías más aclamados del jazz actual y uno de los grandes atractivos de la 44 edición del Festival de Jazz de Vitoria. En la capital alavesa recala dentro de la gira europea que le llevará por Austria y Alemania. No es su primera vez. Ya en 2013 actuó en el Teatro Principal junto a su banda, dos años antes de manera consecutiva como parte de la formación de Pat Metheny y la de Danilo Pérez, y anteriormente con el bajista Charlie Haden. «Siempre recuerdo el gran público y la maravillosa comida», resume antes de este regreso al Iradier Arena (19.30, 30 euros) junto al saxofonista Jonny McCaslin, el saxo alto Miguel Zenón y el contrabajista Scott Colley.
Formado en el Berklee College of Music de Boston su carrera terminó de despegar definitivamente en 2014 al firmar la banda sonora de 'Birdman', película de su compatriota Alejandro González Iñárritu con la que ganó su último Grammy. «Los primeros tres fueron por grabaciones con Pat Metheny». Escudero del guitarrista de Misuri; creador, arreglista y cabeza visible del grupo Migration, la inquietud del músico le lleva a encadenar proyectos. La primera vez que tuvo unas baquetas entre sus dedos tenía tan solo 5 años. «Empecé a reconocer cierto talento cuando era adolescente y comencé a tener más puntos de referencia al estar en contacto con otros músicos», asegura.
Los primeros golpes, sin embargo, estaban marcados por el impulso del rock hasta que un disco de Chick Corea junto a la Elektric Band, 'Light Years', le hechizó. «Me dejó impresionado el virtuosismo del ensamble y la habilidad para improvisar de todos los integrantes. Nunca había escuchado algo así e inmediatamente supe quería aprender a hacer eso». Late entre sus álbumes propios un ritmo combativo e inconformista. Uno de sus últimos trabajos, 'Bad hombre', tomaba su título prestado de un mitin de Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, en el que se refirió a los migrantes como 'bad hombres' a los que había que expulsar ('We have some bad hombres here, and we're going to get them out').
Su nombre se suma al de una generación mexicana que reluce en la gran pantalla como Iñarritu o Benicio del Toro. Indica que el talento en su país siempre ha sido «abundante». «El problema es cómo nutrir esos talentos y en países como México la infraestructura para apoyar a gente creativa es ínfima. Los que salen y desarrollan un nombre y una carrera internacional son reconocidos de manera global antes de ser reconocidos en sus propios países». Durante los momentos más duros de la pandemia se recluyó en el estudio para terminar la banda sonora de 'Harami' y un nuevo disco. ¿Una manía antes de saltar a escena? «Estirarme bastante para no lastimarme y tratar de no pensar lo que estamos a punto de hacer», dice uno de los percusionistas más en forma del momento.