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Dan Auerbach, de The Black Keys, en un concierto de este año.
El Bilbao BBK Live, en diez canciones

El Bilbao BBK Live, en diez canciones

¿No puedes esperar a que empiece el festival y quieres un aperitivo? ¿Te has quedado sin entrada y buscas consuelo? ¿No conoces el 80% de los nombres del cartel? Resumimos la edición de este año en diez píldoras

Carlos Benito

Lunes, 7 de julio 2014, 17:52

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A muchos, el éxito arrollador en la venta de entradas para el Bilbao BBK Live de este año les ha pillado (nos ha pillado) por sorpresa. Se echaba de menos alguno de esos nombres imponentes con 25, 30 o 35 años de trayectoria que, tradicionalmente, habían servido de gancho al festival de Kobetamendi: no había unos Guns NRoses, unos Police, unos R.E.M., unos Depeche Mode, unos Red Hot Chili Peppers, unos Cure, unos Pearl Jam, unos Radiohead o unos Green Day que atrajesen a toda esa afición desconectada de la actualidad más urgente. De los tres cabezas de cartel, solo The Prodigy datan del milenio pasado, y da la impresión de que no pertenecen a la misma liga que todos esos nombres mencionados arriba. Y, sin embargo, ahí está ese sold out pleno, fulgurante y sin precedentes, con los bonos cotizados a riñón en la reventa y una expectación que se supone internacional y juvenil.

Lo que sigue es un pequeño resumen en diez canciones del cartel de este año. Podrían aparecer otros grupos y otros temas, cómo no, pero estos pueden servir como aperitivo para quienes asistan al festival y, también, como somera introducción para quienes se han quedado intrigados por el tirón de la propuesta. Van por orden alfabético.

Band Of Horses - The Funeral

El primer sencillo del álbum de debut del grupo estadounidense, fundado en 2004 en Seattle y trasladado poco después a Carolina del Sur, ni siquiera entró en su momento en las listas de su país, pero se ha acabado convirtiendo en un clásico gracias a su aparición en un número asombroso de películas y series: de pronto, ahí empieza a sonar 'The Funeral', en capítulos de 'Mentes criminales', 'Kyle XY', 'Cómo conocí a vuestra madre', 'FlashForward' o 'Numb3rs', por citar solo cinco de la larga lista. La delicadeza inicial estalla al minuto y veinte segundos, cuando la melancolía se vuelve épica y guitarrera.

Bastille - Of The Night

El cuarteto londinense de pop electrónico se convirtió el año pasado en uno de los grandes triunfadores del panorama británico, con su álbum de debut en lo más alto de las listas y cuatro nominaciones para los Brit, aunque solo se llevaron el premio al artista revelación. Su canción Pompeii ha acumulado ya la friolera de 165 millones de escuchas en Spotify, pero preferimos destacar la singular 'Of The Night', una curiosa operación de reciclaje de dos exitazos 'dance' de principios de los 90: 'The Rhythm Of The Night', de Corona, y 'Rhythm Is A Dancer', de Snap!. En este momento es cuando los roqueros más escépticos empiezan a cabecear con desaprobación, a la vez que sus pies se mueven impulsados por los recuerdos.

The Black Keys - Gold On The Ceiling

Los dúos de batería y guitarra se han vuelto tendencia en este siglo, y el formado por Dan Auerbach y Patrick Carney es uno de sus ejemplos más relevantes: su música cruda, con el blues como columna vertebral y el garaje como entorno lógico, les dio envergadura global y ha ido sofisticándose con nuevos ingredientes, con resultados tan inesperados como el pop hipnótico de su reciente sencillo Fever. Aquí nos remontamos a su penúltimo álbum para disfrutar de este Oro en el techo, una píldora de glam rock que promete ser infalible en directo, donde The Black Keys se presentan en formato de cuarteto.

Los Enemigos - Desde el jergón

Josele Santiago y sus muchachos tal vez no tengan un encaje muy claro con el resto del cartel, y eso hace que su nombre aparezca en letras más pequeñas de lo que muchos desearíamos. El grupo madrileño, cuya historia se remonta a mediados de los 80, está felizmente reunido desde 2011 y tiene ya grabado su primer álbum en quince años, que según las previsiones se editará tras el verano. La carrera de Los Enemigos es una gozosa colección de himnos evidentemente roqueros, aunque alejados de los clichés del género y animados siempre por una lírica sorprendente y heterodoxa. Se podrían elegir un montón de canciones, pero en el corazoncito de muchos aficionados siguen teniendo un hueco especial estos versos de mala suerte.

Franz Ferdinand - Love Illumination

Qué buen momento, ahora que se ha cumplido un siglo del asesinato del archiduque Francisco Fernando y el inicio de la Primera Guerra Mundial, para escuchar al grupo que le recuerda en su bautismo y le quita protagonismo en Wikipedia. Los escoceses formaban parte de una generación de bandas británicas que, a principios de este siglo, se empeñaron en recuperar distintas influencias del ya lejano post-punk, sobre todo de la vertiente del post-punk que invitaba de alguna manera al baile. Su primer álbum es ya un clásico, uno de esos repertorios de canciones que lograron condensar el espíritu de una escena, pero vamos a aprovechar para reivindicar el disco que editaron el año pasado, bastante vapuleado por la crítica. Por cierto, ¿llevamos unos cuantos vídeos un poquito extraños, no?

Jack Johnson - From The Clouds

El cantautor surfero nacido en Hawái es una improbable estrella mundial, un tipo afable y sin pretensiones que ha cautivado a millones de oyentes con sus canciones positivas impregnadas de soul, de ecos jamaicanos, de aromas del Pacífico... Parece que no se le han subido a la cabeza ni el estrellato ni circunstancias accesorias como conocer a Obama, su paisano isleño, porque Jack sigue entregado a su vida familiar y tranquila: en su anterior paso por el Bilbao BBK Live, en 2011, aprovechó los tres días libres que le quedaban tras el concierto para buscar olas por el Cantábrico.

The Lumineers - Ho Hey

A los de Colorado se les podría describir como una versión estadounidense de Mumford & Sons, con su folk-rock sencillo, coreable, pegadizo y buenrollista. De hecho, el venerable Alice Cooper aprovechó para meterse con los dos grupos de una tacada, diciendo que le parecía «una ofensa» referirse a ellos como bandas de rock, pero posiblemente a The Lumineers no les importará mucho cómo cataloguen su estilo, ni lo que piense de ellos el vetusto señor Furnier: su Ho Hey, el sencillo con el que se presentaron al mundo en 2012, es una de esas canciones omnipresentes que suenan en series, anuncios, películas, hilos musicales y coches que pasan, un éxito transversal de menos de tres minutos y desarmante simplicidad.

MGMT - Flash Delirium

El dúo estadounidense es una especie de batidora psicodélica, una bestia con el cerebro agujereado que devora música muy diversa y la regurgita transformada en una mezcla rara, que puede fascinar o desconcertar. «No hacemos música para que la gente la entienda a la primera escucha», han dicho alguna vez, a modo de disculpa anticipada. Este Flash Delirium, de su segundo álbum, sirve como ejemplo evidente de que saben cómo construir melodías perfectas, que aquí pueden recordar en algunos pasajes a Prince, pero su manera de desarrollar el tema demuestra asimismo su hondo desdén por cualquier ortodoxia. Y el vídeo también es fino.

Parquet Courts - Borrowed Time

¿Qué tal una excursión hasta las zonas bajas del cartel? Ahí aparecen, programados para las seis y diez de la tarde del jueves, los cuatro muchachotes de Parquet Courts, unos texanos trasplantados a Nueva York que han sido aclamados por cierta crítica, pero que difícilmente alcanzarán la repercusión masiva de sus compañeros más populares de festival. Ellos se han definido en alguna ocasión como «un cruce entre The Fall y Neil Young», aunque en Borrowed Time, concisa y pegadiza a su manera, dominan en todo caso los primeros.

The Prodigy - Firestarter

En una revisión de la carrera de The Prodigy, un crítico del Guardian sostenía que, si Kraftwerk fueron los Beatles de la electrónica, Liam Howlett y su pintoresca troupe venían a ser algo así como sus Sex Pistols. Surgidos en Essex (Inglaterra) en 1990, se dedicaron a destilar estilos como el rave y el ragga y a contaminarlos de rock, para obtener abrasión, agresividad y confrontación, y además supieron complementar ese sonido con una estética impactante que se apoyaba sobre todo en el vocalista y bailarín Keith Flint, el de los chocantes cuernecitos capilares. Los puristas de la escena no tardaron en reprocharles lo que consideraban una degeneración comercial de las corrientes underground, pero el ancho mundo abrazó el resultado. Hoy Firestarter sigue sonando revitalizadora, ¿no? O a lo mejor es simplemente cosa de la edad...

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