Azkena Rock Festival

Un rocker de voz poderosa

Aún apolíneo y flexible (se nota que va al gimnasio), cantó 11 canciones (6 de la reválida, 4 del debut en solitario y la versión de los Beatles) en 57 minutos en los que se creció y en los que comenzó voluntarioso por agradar a la roquería que se había plantado ante el escenario dos: «¿Qué tal Azkena? Gracias por estar», dijo tras la primera canción, una contradicción como la de 'Bombas en son de paz', de triste actualidad.

La verdad es que le costó arrancar: sonó superficial en 'Heartbreaker' («Azkena, manos arriba, come on baby», animó a la concurrencia, aunque esta noche de jueves no abusó de la búsqueda de la interacción con palmas y tal) y nos dimos cuenta de lo justa o flojita que es la letra de 'Escapa del amor'. Pero en la cuarta y la quinta Carlos Tarque se coronó consecutivamente como un rocker de voz poderosa y de gran potencial al expeler 'El diablo me acompañará', un híbrido entre AC/DC y Deep Purple, y 'Maldigo', un torbellino hard rock en la estela evidente de Led Zeppelin (y la potencia que hay que demostrar para salir tan bien librado de la comparación, ¿eh?).

A Tarque se le notaba crecido, él sentía a su derecha la presencia y el apoyo moral de VIPs y amigos alineados en un lateral del escenario, y siguió sin bajar el nivel, flexionando su body, ondeando los brazos y quejándose del micro y así a sus técnicos, para no salirse de su ritual de lo habitual. 'Piel de toro' fue rock españolísimo, el 'Helter Skelter' de los Beatles lo único que cantó en inglés, y 'Flores del acantilado' una minisuite variada que partiendo de la psicodelia explotó en gran rock.

Con nota alta

'Ahora y en la hora' fue blues-rock americanista y modernista, 'He vuelto para veros arder' remitió a sus admirados Humble Pie, y se despidió con 'Donde nace el Rock & Roll', presentada por Tarque con un laudatorio y realista «Azkena Rock, aquí es donde nace el rock and roll», alargada con un pasaje cantarín («¿estáis dispuestos a cantar conmigo sí o no?») que no se dilató en demasía y nos recordó de nuevo a los Zeppelin, y tras la tarea realizada se despidió con nota alta diciendo: «eskerrik asko, Azkena, nos vemos, muchas gracias».