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¿Sabes cuál es la alimentación más adecuada según tu momento vital?

¿Sabes cuál es la alimentación más adecuada según tu momento vital?

Leire Fernández

Jueves, 17 de abril 2025

Cada edad tiene unas necesidades vitales, que incluyen también las alimentarias. Ángela Quintas, experta en nutrición y autora de libros como 'De la boca a tu salud', da las claves para que comamos de manera adecuada en cada momento vital.

Infancia

«En la infancia, me parece fundamental aprender a comer, probar nuevos alimentos, probar nuevas texturas», destaca Quintas. Y apunta un tema muy importante para evitar problemas más adelante: Nunca utilizar la comida como premio, como castigo.« Es decir, como te has portado bien, hoy vamos a ir a comer a tal sitio, o como te has portado mal, te quedas sin comer esto, no», recalca. «Esa relación que nosotros empezamos muchas veces como padres, desde que somos pequeños, lo veo que se va reflejando en los adultos cuando luego llegan a la consulta».

Adolescencia

«Yo que soy madre de hijos adolescentes, ahora me doy cuenta que los adolescentes están comiendo fatal», reconoce Quintas. «Además, estoy viendo en la consulta patologías que antes no veía en gente cada vez más joven, como una diabetes tipo 2».

¿Qué hay que hacer entonces en estas edades? Lo primero «nada de bebidas energéticas, que no sé dónde ha salido eso». Y durante la semana que «lleven la dieta lo más saludable posible, incluyendo frutas, verduras, carnes, pescados, arroz, pasta...» Pero no solamente, la autora se muestra muy crítica con algo que es muy común si se sale a comer fuera, tanto para adolescentes como para niños más pequeño. «Yo abro una batalla contra el menú infantil. No entiendo qué es eso del menú infantil. ¿Qué vas a tener al niño diez días comiendo guarrerías? No tiene sentido, ¿no?».

Embarazo

«Esta es la época en la que tenemos más claro que nos tenemos que cuidar. De repente se despiertan todas las aletas», afirma Quintas. En estos momentos vitales deberemos tener en cuenta los nutrientes indispensables y también los alimentos prohibidos. El ácido fólico, el hierro y el calcio son claves para un buen desarrollo del feto por lo que es necesario suplementarlos en muchas ocasiones (en el caso del ácido fólico es obligatorio), pero además hay que procurar mantenerse bien hidratada, tomar fibra, optar por grasas saludables como omega 3 o aceite de oliva virgen extra. Y muy importante tener en cuenta los alimentos que no se pueden consumir por tener riesgos directos sobre el bebé y sobre la madre, como pescados con alto contenido en mercurio; huevos, carnes y pescados crudos o casi crudos; embutidos no cocidos; lácteos sin pasteurizar... ya que tienen riesgo de intoxicación por toxoplasmosis, listeria o salmonelosis. Además de especias como la canela o el jengibre; o hierbas como la ruda, la salvia o el romero que pueden provocar abortos espontáneos.

Lactancia

En la lactancia se suele aumentar la ingesta de calorías que se hace a lo largo del día ya que el cuerpo necesita energía extra para poder producir leche. «Se recomienda un aumento de unas 500 kcal adicionales por día» y, sobre todo, hay que «estar muy bien hidratada porque un porcentaje muy importante de la leche materna es agua». Además, es importante que la dieta sea rica en nutrientes incluyendo alimentos con muchas proteínas como carnes magras, pescados, huevos, legumbres y lácteos, así como frutas y verduras frescas.

Menopausia

«Luego, un momento muy importante para mí es la menopausia», asegura la experta. Para evitar una ganancia de peso y evitar riesgos cardiovasculaes y de osteoporisis «hay que hacer cambios, hay que vigilar la ingesta de proteína que haces a lo largo del día, hay que ver cómo estás nutriéndote y adaptar». Por ejemplo,« funciona muy bien hacer un par de noches cenas de solo proteína, una tortilla francesa con un caldito», menciona Quintas.

Según la experta hay que tener en cuenta tres cosas, por una lado hacer una reducción de la ingesta de calorías diarias, eliminando las calorías vacías como las provenientes de los azúcares añadidos o los alimentos ultraprocesados. Por otro lado, es necesario aumentar la actividad física, especialmente los ejercicios de fuerza para mantener la masa muscular. Y por último priorizar los alimentos más adecuados, como las proteínas magras (pollo, pavo, pescado y legumbres), los hidratos de carbono complejos (los granos integrales y las verduras) y las grasas saludables (aceite de oliva, frutos secos, pescados grasos)

Tercera edad

«Y ya si vamos a los abuelitos, pues sobre todo tener un buen aporte de proteína», destaca la autora. «Es verdad que a veces ellos tienen problemas de dentición, un poco de inanición, no tienen ganas de comer. Entonces, ahí, por ejemplo, una buena idea sería utilizar la proteína en polvo, que lo asociamos solamente al deporte pero podemos usarla perfectamente para los abuelitos, como la proteína de guisante». En su caso, reconoce que la «utilizo muchísimo con mis padres, es un buen complemento de la dieta para que ellos tengan el aporte suficiente de proteína que necesitan a lo largo del día».

¿Y los hombres qué?

En el caso de los hombres, una vez pasada la adolescencia, no tienen momentos vitales tan marcados como las mujeres «que pasamos por etapas de embarazo, lactancia, menopausia... Pero ellos también tienen lo suyo», reconoce Ángela Quintas. «Por ejemplo, nosotras cuando estamos en edad fértil estamos muy protegidas a nivel cardiovascular por esos niveles de estrógenos que tenemos. Cuando estos estrógenos caen, de repente, nuestra protección a nivel cardiovascular desaparece y en menopausia es muy común que, de repente, empiece a aparecer colesterol, que todo el perfil lipídico se vea alterado y que se empiece a depositar la grasa en la zona abdominal, igual que les pasa a ellos».

Ellos, sin embargo, tienen «un gran problema y es que mayoritariamente se les suele acumular la grasa dentro del abdomen y eso es una grasa visceral que tiene muchísimo riesgo cardiovascular y que está relacionado con patologías como puede ser la diabetes tipo 2 o el síndrome metabólico», advierte. «Entonces, es verdad que nosotras lo tenemos como momentos más puntuales, pero ellos la grasa abdominal la tienen ahí como presente durante bastante tiempo. Es decir, a partir de los treinta y pico puede ser que ya empiece a acumularse».

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