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Leire Fernández
Lunes, 16 de octubre 2023, 00:59
Si hay un tema que preocupa a las familias con hijos adolescentes es probablemente el de cómo gestionar sus primeras relaciones de pareja. Para los padres son sus pequeños, aquellos que hace cuatro días venían corriendo a darte un abrazo al salir del cole o a los que arrullaban para dormir, les daban el biberón o el pecho y les recolocaban el chupete de madrugada. Pero ahora son unos casi adultos con ideas propias, buscando su camino y también con sentimientos en plena efervescencia. Aprender a acompañarles sin interferencias puede ser clave para lograr que puedan contarnos sus problemas y dudas con total confianza. Andrés Suro, sexólogo de Myhixel, nos da algunas pautas para ello.
¿Cómo podemos acompañar a nuestro hijos en su primera relación de pareja?
Es un momento en el que tu hijo está atravesando por unas emociones (y una intensidad) que no ha experimentado nunca antes. Simplemente, recuerda tu primera relación y las emociones que sentiste, de esta forma podrás empatizar mejor con él y comprender que es normal que pueda sentirse abrumado y confundido.
Nadie mejor que tú conoce a tu hijo, así que ten en cuenta sus momentos de privacidad y su capacidad para abrirse y expresarse cuando respecta a temas íntimos. Intenta plantear la conversación de forma espontánea y natural, escúchale y valida sus emociones. Transmite calma y seguridad y, si surge, comparte a través de tu propia experiencia (desde el 'yo') consejos prácticos: ¿cómo viviste tú esa misma situación? Lo más importante es que aprenda a reconocer sus propias emociones, porque, a fin de cuentas, la experiencia que está viviendo es única y sólo él puede atravesar con las herramientas que tiene.
¿Qué peculiaridades tienen las primeras relaciones de pareja en la adolescencia?
Podríamos mencionar algunas particularidades generales y algunas específicas de estos tiempos. En general, las relaciones de pareja en la adolescencia a menudo están marcadas por una fuerte curiosidad y un deseo de explorar y descubrir la intimidad emocional y física. A esto se le suma la inexperiencia, que deriva en malentendidos, errores de comunicación y expectativas poco realistas.
Además, a menudo se caracterizan por una intensidad emocional bastante alta, y cuanto mayor intensidad, más difíciles son de gestionar los sentimientos.
A esto tenemos que añadir los factores sociales y relacionales: los adolescentes suelen darle una gran importancia a la opinión y juicio de sus amigos para tener una pareja romántica. Esto puede llevar a relaciones que no se basan en la autenticidad, sino en la conformidad social. Para más inri, las relaciones de pareja en esta etapa tienden a ser cambiantes y volátiles, ya que los adolescentes están experimentando cambios en su identidad y en su sentido de sí mismos, lo que puede influir en la dinámica de la relación. En lo referente a peculiaridades específicas, como todo lo que respecta a los cambios en el presente, tenemos que añadir la complejidad que supone la era digital para relacionarse. Para muchos jóvenes, los avances tecnológicos han supuesto una posibilidad de conectar con mucha más gente de cualquier parte del mundo, pero también una gran cantidad de desafíos que no existían antes, como la privacidad, el fenómeno de las redes sociales y la sobreexposición.
¿Qué importancia tienen para ellos?
De forma crucial, las relaciones adolescentes suponen un gran desarrollo psicoemocional, experimentan una gama de emociones, como el amor, la atracción, la felicidad y a veces el desamor, lo que contribuye a la construcción de su identidad.
Esto supone indirectamente un aprendizaje de habilidades sociales y de comunicación. Además, aprenden sobre las normas sociales, las expectativas de género y cómo interactuar de manera adecuada en un contexto afectivo.
En otro sentido, y relacionado con lo anterior, las primeras relaciones sentimentales influyen en la autoestima y el autoconcepto de los adolescentes. Además, en el caso de los adolescentes varones, estas relaciones suponen en muchas ocasiones el primer apoyo emocional. La pareja del adolescente varón suele convertirse en su confidente a la hora de enfrentarse a desafíos y cambios significativos.
Por último, pero no menos importante, en esta etapa se produce una exploración de la intimidad física y sexual, parte esencial del desarrollo sexual y su comprensión de la sexualidad.
¿Cómo influyen estas primeras relaciones en la edad adulta?
Esas relaciones suponen una etapa de experimentación y preparación para relaciones futuras. Aunque las relaciones de pareja en la adolescencia rara vez son a largo plazo, es un acercamiento paulatino a las relaciones maduras. Además, a pesar de los desafíos, las relaciones en la adolescencia también suponen un aprendizaje sobre la empatía, la comunicación y la intimidad en estas relaciones.
Normalmente, los adolescentes viven sus primeras experiencias sentimentales con una pasión casi infinita, lo que puede implicar que antepongan a su pareja a cualquier cosa en su vida, incluyendo a ellos mismos. Por lo que estas vivencias también son una oportunidad para aprender acerca de los límites, el bienestar y los espacios personales.
Los adolescentes acceden y reciben mucha información y muy variada, ¿cómo podemos generar un ambiente de confianza para que nos hablen sobre sexualidad y pareja y nos pidan ayuda si lo necesitan?
Tenemos que partir de la base de que depende en gran medida de qué tipo de relación previa tengáis con vuestros hijos. En este sentido, no es igual empezar a hablar sobre sexualidad con tu hijo/hija si antes no se ha fomentado un clima de conversaciones diversas o, si por el contrario, estáis acostumbrados a tratar sobre cualquier tópico de manera honesta.
Además, no podemos olvidar que la sexualidad y todo lo que concierne a este tema, es algo que sigue siendo incómodo para muchas personas y está cargado de connotaciones morales y estigmas. Esto es uno de los motivos principales por los que los menores, hoy en día, prefieren buscar información y respuestas en internet antes que consultar sobre sexualidad con sus padres.
Bien, partamos de la situación base en la que la confianza no está del todo instaurada. En este caso, intentar hablar de sexualidad con tus hijos va a suponer un escenario incómodo en el que, muy probablemente, se sientan intimidados y respondan a esta conversación de forma evitativa y hermética. Si lo que queremos es establecer una comunicación efectiva y continua es importante que el espacio que estemos creando sea cómodo y abierto.
¿Y cómo creamos este espacio si sentimos que no tenemos confianza con nuestros hijos?
Vosotros mejor que nadie conocéis los espacios y tiempos en los que vuestros menores se sienten cómodos. Preguntaos: ¿Creéis que es mejor empezar a hablar de esto durante una cena en casa o un momento en el que el menor se sienta estimulado?
Por ejemplo: si, de forma repentina, sacáis el tema de la sexualidad en un momento en el que vuestro menor está poco motivado, es probable que no responda de la forma que os interesa. Tened en cuenta todos los factores que giran en torno a la situación: ¿estamos cenando algo que le encanta al menor o no?, ¿estamos en un espacio abierto, como una terraza, en el que pueda sentirse libre?, ¿viene de estar en un mal momento como por ejemplo, recién llegado del colegio/instituto o ha estado pasándolo bien?, ¿habéis tenido una conversación previa distendida y positiva?
Una vez más, vosotros conocéis mejor que nadie a vuestro menor. Por lo que sabréis crear un escenario idóneo para que se sienta tranquilo y a gusto con la situación y sea más probable que reaccione positivamente a la conversación que queréis plantear.
¿Qué hay que hacer cuando nos digan que tiene pareja?
Si tu hijo/hija comparte contigo algo tan relevante como tener pareja (muchos lo viven como un punto de inflexión en su desarrollo), muestra interés y predisposición a conocer más, siempre desde un tono positivo y natural. Es una gran oportunidad que te está ofreciendo para crear confianza acerca de un tema íntimo y puedes aprovecharla para establecer un contacto continuo y dinámico con él.
De esta manera, podrás entender mejor los cambios emocionales de tu hijo, acompañarle en los momentos de incertidumbre, y apoyarle y aconsejarle en el muy probable caso de que se dé una ruptura.
Recuerda que los adolescentes pueden sentirse abrumados fácilmente, así que dale espacio a que sea él quien abra las conversaciones difíciles. Tú siempre podrás preguntarle cómo se encuentra de una forma más general para evaluar si a tu hijo le apetece hablar más profundamente.
Claves para hijos
Comunicación Normalmente, los varones suelen tener más dificultades para comunicarse. Fomenta la comunicación abierta y el diálogo con tu hijo. Anímalo a hablar sobre su relación, sus sentimientos y preocupaciones.
Privacidad En la línea de lo anterior, respeta su privacidad. Es probable que no se sienta cómodo compartiendo muchos detalles sobre su relación. Ante esta resistencia, respeta su deseo de mantener cierta intimidad.
Apoyo Como hemos comentado anteriormente, los jóvenes no suelen compartir con sus iguales su lado más sentimental, por lo que puede que estén faltos de apoyo emocional, pero evita ser intrusivo. Lo ideal es que estés ahí para escuchar y orientar a tu hijo si lo solicita.
Claves para hijas
Empoderamiento Tristemente, a día de hoy, muchas chicas siguen cediendo a las preferencias de sus parejas (varones) con tal de complacer. Es por ello que es importante que animes a tu hija a tomar decisiones autónomas en sus relaciones. Todos hemos oído hablar del empoderamiento: no es más que enseñes a tu hija a que se sienta capaz de tomar decisiones informadas, reflexionadas y críticas sobre su vida sentimental.
Independencia Igualmente, ayuda a tu hija a desarrollar su independencia y autoestima para que no dependa únicamente de sus relaciones románticas para su felicidad y bienestar.
Respeto Por último, respeta las elecciones de tu hija en cuanto a su pareja. Evita lanzar juicios o comentarios negativos sobre la persona que ha elegido.
¿La gestión es diferente si tienes hijo o hija?
Es importante ser consciente de algunas consideraciones que pueden ser relevantes cuando se trata de hijos e hijas, especialmente debido a las diferencias de género en las expectativas sociales y las dinámicas de las relaciones. No podemos perder de vista que lo que prevalece siempre es la persona como individuo, independientemente de su género. Pero si queremos abordar las diferencias de género y roles a la hora de gestionar esta cuestión, podemos diferenciar entre qué pilares tienen más peso en ellos y cuáles en ellas.
Pero hay dos cuestiones fundamentales tanto para chicos como para chicas. Educar en relaciones saludables, con conceptos esenciales como el consentimiento, los límites y el respeto mutuo. Esto es importante para que comprenda lo que constituye una relación segura. En relación con esto, habla sobre la importancia de la seguridad en la sexualidad, introduciendo temas sobre las infecciones de transmisión sexual y métodos preventivos.
Y recuerda que si no dispones de esta información o no sabes cómo comunicarla, siempre puedes consultar con un profesional que te oriente. Es mejor ser honestos y reconocer tus límites como padre que engañar a tus hijos dando información errónea.
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