Larga vida a Manolito Gafotas

Aviso a navegantes: el siguiente texto tiene ubicación y banda sonora propia. La primera se divide a partes desiguales entre la casa de los García Moreno, el bar 'Tropezón', el parque del Árbol del Ahorcado y los asientos del camión Manolito. La segunda es, inéquivocamente, la 'Campanera' de Joselito.

Empecemos por el «principio de los tiempos». Los 90 y, para algunos, ya entrados los 2000. Esta es la historia de un niño para el que «su mejor día en la vida» fue perderse de la mano de su abuelo por la Gran Vía de Madrid en busca de un broche, encontrarse con una presentadora de informativos y dormirse en el metro de vuelta a casa. Y del 'imbécil'; del 'Orejones López'; de Cata y Manolo....Muchos de los que tuvimos entre las manos cualquiera de los siete libros de protagonizados por 'Manolito Gafotas' ni llevabámos gafas, ni vivíamos en Carabanchel Alto. Pero nuestra realidad era mucho más parecida a la de ese «barrio famoso en toda Europa, al que solo le faltaba el mar para ser perfecto», que a la de 'Yo a Nueva York, tú a California'.

Ambiente costumbrista y cómico en el seno de lo denominado como clase media baja: «Cuando yo sea mayor todavía tendré que pagar las letras del camión, así que a lo mejor tampoco mis hijos podrán salir de Carabanchel en los veranos del siglo que viene». Algunos han visto en este «cuento» una herencia de la comedia española de los 50.

Con la serie 'Manolito Gafotas', Elvira Lindo presentó un héroe dicharachero, gracioso y tierrno, pero difícil de sentar como modelo a seguir. Eso sí, en el que varias generaciones nos reconocimos como «niños de barrio», a los que nos salía decir de vez en cuando un '¡Cómo molo!'. La autora, a través de la mirada de este niño que hoy ya tendría 26 años, introdujo temas inauditos, e incluso revolucionarios, en la literatura infantil del momento: se hablaba de dinero y de - mucha- temática social.

Sabido es que los diferentes modelos de familia, en la década de los 90 era algo más difícl de entender. No nos encontramos una edulcorada representación de entornos con la felicidad por bandera. Empezando por los mismos protagonistas. Los García Moreno están ahogados por el mismo medio que les da de comer: no llegan a pagar las letras del camión. Esto, además, también obliga a pasar a su padre largos periodos fuera de casa: «Cuando llegaba olía a camión Manolito y a sudor. La pena es que mi madre le hace ducharse y ya no huele a bienvenida». Las únicas vacaciones que se puede permitir esta familia son en la piscina y viven con el abuelo, incluso Manolito comparte cuarto con él.

Dentro de la pandilla, su mejor amigo el 'Orejones López' vive con su madre, porque sus padres están separados (Manolito dice que «Para tener al Orejones como amigo hay que armarse de paciencia, pero para tenerlo de hijo hay que armarse de valor»). El 'Mostaza'' es el hermano de Melany -compañera de clase del 'Imbécil'-, ambos no quieren saber nada del padre, porque abandonó a su madre. En cuanto a sus vecinos, 'La Luisa' y 'Bernabé', el dueño del 'Imperio de la Aceituna', no tienen hijos y buena parte de su cariño lo reparten entre ellos, su perrita 'Boni' y los pequeños de los García Moreno.

En varios pasajes, cabe el trabajo de los servicios sociales de la Comunidad de Madrid e inluso la cárcel de Carabanchel.

El hecho de que se refleje una gran dosis del contexto social, no quiere decir que sean libros grises. Como se ha mencionado anteriormente, la comicidad y la ternura - en gran parte conseguida mediante las expresiones 'manolitescas' como «mundo mundial», «un silencio bastante sepulcral» o «la olla Camboya»- impregnan las líneas de esta serie. Un motivo por el que cabe reivindicar este clásico de Elvira Lindo como lectura más que recomendada para los peques hoy en día.

Aunque caiga ligeramente en el 'spoiler', lo divertido viste al nudo y al final, a pesar de todas las collejas de Cata y preocupaciones de Manolito. De hecho, a más de uno le sonará este niño por la película homónima dirigida por Miguel Albaladejo en 1999 o la serie emitida por Antena 3, en 2004.

«Resumiendo, que si vas a Carabanchel no sabrán quién es Manuel, ni Manolo, ni Manuel García Moreno, ni el nuevo Joselito. Pero todo el mundo te dará pelos y también señales de Manolito, más conocido como el 'Gafotas' a este lado del Manzanares».

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