Descubre la historia y conviértete en salinero por un día en Añana

A pocos kilómetros de Vitoria se extiende un paisaje singular y lleno de historia. Un lugar en el que los más pequeños pueden pasárselo a lo grande y los mayores como enanos. Hablamos, por supuesto, del Valle Salado de Añana, un enclave cuya historia se remonta a hace más de 200 millones de años. La explotación como tal comenzó hace 7.000 años y una parte de las salinas son también un gran yacimiento arqueológico. Una visita para conocer, tocar y probar la historia.

Manantiales de agua subterránea arrastran los sedimentos de sal y sacan al exterior este 'oro blanco' que convirtió la localidad en gran exportadora de sal durante la Edad Media. En los días despejados el sol se refleja en los cristales de sal, que poco a poco se van formando en las más de 5.000 eras -plataformas donde el agua se evapora y se recoge el 'oro blanco-.

La visita merece la pena, paseando junto a los canales que distribuyen el agua salada por el complejo, de más de 120.000 metros cuadrados. El recorrido básico puede realizarse durante todo el año y tiene una hora de duración. Comienza en el Centro de Visitantes, donde hay que estar quince minutos antes de la visita. La entrada es de siete euros para adultos y los menores de 12 años entran gratis.

El viaje histórico solo es una parte de la visita. Sin duda, los más pequeños disfrutarán metiendo pies y manos en los manantiales. El valle de Añana también admite otro tipo de visitas, también recomendables. El taller salinero, por ejemplo, da la oportunidad de conocer cómo se produce la sal de forma divertida y lúdica, ideal para toda la familia. La entrada, de 8 euros, ofrece la experiencia de convertirse en salinero por un día, manejando las herramientas empleadas por los salineros y llevar a casa parte de la sal recolectada.

Si esta visita os sabe a poco, Añana ofrece otras muchas experiencias como la visita de realidad virtual o el spa salino, donde experimentarlos grandes beneficios que tiene para la salud el contacto con las aguas hipersalinas de los manantiales del valle. Y para acabar con un buen sabor de boca, se puede realizar una cata, donde degustar los diferentes tipos de sal que utilizan en sus restaurantes los cocineros vascos más prestigiosos: Berasategui, Eneko Atxa... Para más información o reservas, visita la página del Valle Salado de Añana.