Se mueve como pez en el agua sobre las dos ruedas, aunque tampoco es reacio a usar las dos piernas o el coche cuando la necesidad así lo requiere. Pero Rubén Rodríguez es un convencido de las bondades de la bicicleta, especialmente desde que hace más de cinco años se asociara a Gasteizko Bizikleteroak, que actualmente cuenta ya con más de cien integrantes.

Todos ellos volcados en concienciar sobre las bondades de este medio de transporte -uno de los principales estandartes de la 'Green Capital'- y educar en la importancia de una convivencia respetuosa entre ciclistas, peatones y conductores. Un triunvirato que a menudo sufre serias fisuras por comportamientos incívicos, aunque Rodríguez coincide en señalar que, a menudo, son los ciclistas los más denostados.

«Nadie ve mal que un peatón se salte un semáforo en rojo o que un coche no pare en un paso de peatones, no se les critica. No entiendo las críticas a un colectivo, deberían ser a la persona. No nos ponemos en la piel de los demás, y si respetas a la gente, debe haber una convivencia normal», sostiene. Por este motivo cree con firmeza en las bondades de «la educación» primero en casa, pero también en las escuelas. «En Alemania los niños tienen como mínimo una clase a la semana de educación vial en bicicleta», revela.

Pero todo ello debe ir acompañado del consiguiente impulso institucional. Aunque Rodríguez reconoce que «se han hecho cosas», también apunta a que, ahora mismo, muchas actuaciones «se han quedado al ralentí». Entre ellas, los bicicarriles, de los que si bien es necesario un incremento, «tampoco que toda la ciudad sea un bidegorri». Por eso, pone el acento en la importancia de mejorar los ya existentes, evitando puntos negros -«uno entre Zabalgana y Gazalbide acababa en un puente»- o facilitando la conexión de los nuevos barrios con el centro de la ciudad.

Respecto a la ordenanza municipal para regular el uso de la bicicleta, actualmente paralizada, Rodríguez considera que puede ser positiva si antes se llevan a cabo las infraestructuras adecuadas y se pone en marcha «de forma educativa, no con la zanahoria y el palo». Es de la opinión de que las 'supermanzanas' pueden ser un paso adelante, al igual que la implantación para que los vehículos privados circulen a 30 kilómetros en algunas vías. «Los coches y las bicis podrían convivir mejor», augura.