Récord de abstención en unas autonómicas

Los expertos en demoscopia desentrañarán hasta qué punto el Covid-19 y las vacaciones estivales distorsionaron el reparto de escaños entre los partidos. Pero lo que ya es una evidencia es el dato histórico registrado ayer: la abstención alcanzó el 47% del electorado con derecho al voto, la cifra más alta en cuatro décadas de elecciones al Parlamento de Vitoria. Más de 810.000 vascos que ayer tenían derecho a votar decidieron no hacerlo.

Nunca, en las once convocatorias previas celebradas desde 1980, tantos vascos habían optado por no acudir a las urnas. Un escenario que los partidos ya barruntaban desde hacía semanas y que sus líderes habían tratado de combatir con continuas llamadas a la participación. Pero la desmovilización, el virus, el verano y el «cansancio» de los ciudadanos tras el estado de alarma han supuesto una 'tormenta perfecta'. «Han sido unas elecciones muy condicionadas. Hemos vivido una campaña con poca tensión y poco contenido. Las encuestas anunciaban ya el resultado y el Covid-19 ha hecho el resto del trabajo», analizaba anoche Ander Gurrutxaga, catedrático de Sociología de la UPV.

A tenor de los resultados, EH Bildu fue la formación que mejor logró combatir la abstención. Consiguió mantener movilizado a su electorado tradicional y atraer a buena parte de los votantes que hace cuatro años se decantaron por Elkarrekin Podemos. De hecho, con 7 puntos más de abstención, este domingo pasó de 225.172 sufragios en 2016 a 248.688. Fue el único partido que ganó apoyos, frente a la pérdida generalizada de votos del resto de fuerzas.

«La abstención no se explica tanto por la crisis sanitaria como por la desmovilización de buena parte del electorado joven que hace cuatro años votó a Elkarrekin Podemos. Algunos se han ido a EH Bildu y otros muchos directamente no han participado. Es un mensaje muy nítido para la dirección nacional de los morados», expone José Pablo Ferrándiz, doctor en Sociología e investigador de Metroscopia.

«Como ha ocurrido en Galicia, la gente joven en Euskadi que se ilusionó con Podemos y ahora está desencantada ha buscado refugio en opciones nacionalistas», añade. De hecho, la formación liderada por Pilar Garrido perdió ayer más de la mitad de sus votos de hace cuatro años.

El PNV, claro vencedor de las elecciones, también sufrió la abstención en su resultado final. Pese a ganar tres escaños, perdió 50.000 papeletas respecto a 2016 (348.793 frente a 398.168), aunque ganó dos puntos porcentuales.

Los expertos también ven detrás de la fuerte caída de PP-Ciudadanos la abstención de parte de su electorado tradicional, que este domingo optó por quedarse en casa o incluso decantarse por la papeleta del Vox. «En los comicios la clave estaba en movilizar a tus más fieles. EH Bildu lo logró. Y también Vox, sobre todo en Álava», apunta José Pedro Marfil, politólogo profesor de la Universidad Camilo José Cela y miembro del consejo director de ACOP (Asociación de Comunicación Política).

La influencia de la crisis sanitaria finalmente fue, según los expertos, menor de la esperada. Ayudó a desmovilizar aún más a los que tenían «pocas ganas» de ir a votar. Pero las personas mayores, que es el grupo de población con más miedo a acudir a los colegios electorales, recurrió al voto por correo, que para estos comicios casi se ha triplicado. «En las encuestas postelectorales veremos a quiénes han ido esos sufragios», valora Marfil.