Iriarte presiona a PNV y PSE y apuesta por «explorar mayorías» alternativas

El coordinador general y la candidata a lehendakari comparecieron en rueda de prensa para valorar unos resultados que mejoran, al menos en cuanto a escaños, su récord anterior, situado en los 21 asientos de 2012. Los dos trasladaron el mismo mensaje: que «el soberanismo de izquierdas crece» y que, además, el futuro juega a su favor porque es la fuerza preferida por los jóvenes.

A partir de ahora se abre un periodo en el que Bildu quiere jugar sus cartas. A lo largo de la campaña fue Miren Gorrotxategi la que insistió en la necesidad de un tripartito de izquierdas entre la izquierda abertzale, Elkarrekin Podemos y el PSE. Una propuesta que fue minusvalorada por Bildu al considerar que no se daban las condiciones y rechazada de plano por los socialistas vascos. Pero ayer Otegi e Iriarte insinuaron que al menos tantearán dicha posibilidad porque Bildu es «la chispa que hará posible» el cambio.

Hasta qué punto es un movimiento sincero o una simple jugada táctica está por ver, pero ayer optaron por la ambigüedad. La candidata a lehendakari señaló que tras las elecciones del domingo son posibles dos alternativas al Gobierno PNV-PSE. Recalcó que en el futuro Parlamento habrá una cómoda «mayoría social» favorable al derecho a decidir, en la que además de a las dos formaciones nacionalistas situó a Elkarrekin Podemos-IU, y otra de izquierdas que suma «38 escaños», en la que estarían ellos, los socialistas y los de Gorrotxategi.

Iriarte reconoció las dificultades de ambas propuestas, pero recalcó que la voluntad de Bildu es «explorarlas», aunque recordó la negativa de Mendia a aceptar el derecho a decidir. Aun así, «hablaré con ellos e intentaré poner todo para llegar a un acuerdo». En los próximos días iniciarán una ronda de contactos con diferentes agentes políticos y sociales, «salvo con las derechas españolas», en alusión al PP y Vox. Respecto a la irrupción de la formación de Abascal, Iriarte lo consideró una «mala noticia para la democracia», mientras que detrás de la elevada abstención vieron un castigo al Gobierno vasco.