Los empresarios vascos saludan un Gobierno «moderado y estable»

La patronal vasca Confebask ha decidido guardar silencio oficial por el momento, a la espera de que la próxima semana se reúna su asamblea anual. El resultado electoral, en cualquier caso, encaja con lo que los empresarios habían previsto y no ocultan que se sienten bastante cómodos en la interlocución con el PNV. «El resultado de las elecciones sugiere la continuación del gobierno de coalición PNV-PSE -señaló ayer Javier Ormazabal, presidente del Círculo de Empresarios Vascos-, algo positivo en cuanto que posibilita inicialmente el desarrollo un marco político y presupuestario estable. Una situación esencial para hacer frente a la difícil tarea de reconstrucción económica tras la crisis generada por la pandemia». En su opinión, los retos del próximo Ejecutivo van a estar centrados en la transformación digital, «un crecimiento inclusivo, la reindustrialización y un marco de relaciones laborales con el mayor consenso», indicó Ormazabal. Y, por añadidura, la definición de un marco fiscal que permita, al mismo tiempo, el sostenimiento del gasto público y también el estímulo a la inversión y el consumo.

Desde la patronal alavesa SEA también se saludaba la idea de «un Gobierno estable que elimine incertidumbres», al tiempo que existe un denominador común en el colectivo empresarial. Pasados los comicios, resuelta la ecuación de las siglas, todos coinciden en señalar que la tarea de gobierno va a ser compleja debido a la crisis económica en la que estamos metidos. «El Gobierno que saldrá resultante de las elecciones tiene un importante cometido como es el reto de la recuperación económica en un momento crítico para el país», indicaron portavoces de Aefame, la asociación vasca de empresas familiares. En su opinión, van a ser necesarias «políticas de apoyo y acompañamiento que las empresas necesitamos para recuperar los niveles de empleo, riqueza y desarrollo previos a esta crisis».

Los sindicatos ELA y LAB también optaron ayer por guardar silencio, pero los líderes de Comisiones Obreras y UGT en Euskadi, Loli Álvarez y Raúl Arza, respectivamente, coincidieron en mostrar su «preocupación» por la alta abstención. Algo que achacan a la inseguridad ligada a la pandemia, pero también a un cierto «desapego con la política que sería necesario cuidar».

Desde CC OO se reclama al nuevo gabinete una política industrial «seria», al tiempo que UGT cree que debe ser la «legislatura en la que se reduzca la temporalidad en el empleo público en Euskadi», junto a medidas de refuerzo en el gasto social.