Elecciones 23-J

Los mejores y los peores eslóganes de campaña

Y luego no es lo mismo, claro, el eslogan del que gobierna que el de los partidos de oposición: «Si gobiernas debes lanzar un eslogan de continuidad en el que la idea sea repetir. Pero si estás en la oposición debe transmitir expectativas de cambio», orienta Paul Canaletas, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Barcelona.

Estos dos expertos repasan, junto a Óscar Álvarez, presidente de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), y Eva Silván, politóloga y directora de Silván&Miracle, los mejores (y los peores) eslóganes de campaña de la historia de la democracia

Juan López Alegre: «Recogía a la perfección el estado de ánimo del momento. Habíamos pasado de una dictadura a una democracia, habíamos superado el golpe de estado de 1981, se había producido un cambio generacional y, además, Felipe González era muy joven (tenía 40 años). Esa frase breve resumía bien el sentir colectivo».

Óscar Álvarez: «Después de años de gobierno con Felipe González, Aznar le dice a sus votantes que hay una 'nueva mayoría'. Es un eslogan muy bueno porque a la gente le gusta ser del grupo mayoritario, de los que ganan. Aznar les dice: 'Súbete a la ola'».

Pau Canaletas: «Es uno de los mejores eslóganes de campaña. El PP había ganado las elecciones anteriores (año 2000) y en estas se presentaban como un partido cuyo proyecto político daba para más. Ese eslogan vendía muy bien la reelección porque ponía en valor lo que se había hecho y anunciaba que el proyecto no estaba acabado. También lo usó Jordi Pujol cuando estaba en el Gobierno».

Pau Canaletas: «Mariano Rajoy había ganado las elecciones y Pedro Sánchez quería proponer un cambio. Ellos jugaban a que el único cambio que podía unir a los españoles era el que ellos defendían. Lo que querían decir con ese eslogan es que el cambio que ellos sugerían era un cambio seguro, no un cambio a un escenario de incertidumbre».

Óscar Álvarez: «Es breve y conciso, y conectaba muy bien con el estado de ánimo de los votantes del PSOE de aquel momento. Lo que les dice es: 'Tenemos ganas de cambio, así que haz que pase, no te quedes en casa'. Es un llamamiento a los sueños de cada uno, una llamada a la acción».

Pau Canaletas: «Funcionó porque era una apelación al voto de la izquierda, una apelación al voto directo»

Juan López Alegre: «Pablo Iglesias había dejado la vicepresidencia para frenar a la derecha en Madrid e Isabel Díaz Ayuso, además de decir a los españoles que le 'debían una' por sacar a Iglesias del Gobierno, planteó esta dicotomía: comunismo (Podemos) o libertad (PP)».

Pau Canaletas: «Estábamos en plena pandemia, con España 'cerrada ' por la covid y ese eslogan sintonizó con el madrileño medio que quería salir, respirar, que podía interpretar esa libertad que proclamaba Ayuso como libertad para ir a tomar una caña, para salir a pasear... Es raro que un eslogan tenga una sola palabra pero ese no necesitaba más»

Juan López Alegre: «Es una adaptación de la campaña de Obama del 'yes, we can', aunque en realidad el eslogan de Obama, lo que aparecía en los carteles, no era ese, era 'Hope' (esperanza), pero acabó quedando en el recuerdo la otra frase. Y Podemos lo adaptó».

Óscar López: «Aunque era bueno no funcionó igual de bien que el 'Yes, we can'. Obama era un candidato negro diciendo que sí podía y eso es muy potente, una potencia que no tenía Pablo Iglesias».

Juan López Alegre: «También es una adaptación, en este caso del 'Better Together' de los unionistas escoceses en el referéndum de 2014. En Cataluña había mucha crispación en ese momento y el lema era muy positivo, funcionó muy bien. Arrimadas ganó esas elecciones y logró 36 escaños».

Eva Silván: «En aquel entonces la izquierda abertzale volvía al Congreso, donde no estaba desde 1996 con Herri Batasuna. Gracias a los resultados de esa campaña, la coalición Amaiur (integrada por Bildu -EA, Alternativa e independientes abertzales- y Aralar) consiguió 7 diputados (6 en Euskadi y 1 en Navarra). El eslogan ponía el énfasis en un nuevo tiempo y en una apuesta por la convivencia, y le dio buenos resultados».

Eva Silván: «El PNV suele utilizar eslóganes que apuestan por la asociación del partido con el país con la intención de erigirse en la voz de Euskadi en Madrid. Así se observa en el eslogan escogido para estas elecciones: «Euskadiren ahotsa. Con voz propia». El de 2019 en cambio, implica una vinculación y compromiso, es más emocional: 'zurea, gurea'».

Juan López Alegre: «Intentar que la ciudadanía crea que un político tiene palabra es difícil. Por eso no es un buen lema de campaña porque no es creíble. Desde luego la gente no va a identificar al político como esa persona que tiene una enorme credibilidad».

Juan López Alegre: «Vamos, pero ¿ a dónde? Es un eslogan que no hay por dónde cogerlo porque no hace una oferta concreta a la ciudadanía».

Pau Canaletas: «Intenta cabalgar sobre ese grito asociado al deporte, a la selección española... pero está vacío, no tiene recorrido porque no apela a nada. Es un mensaje más bien interno, dirigido a los miembros del partido, casi un mensaje de autoayuda. Pero no es un mensaje a lanzar al votante porque parece que estás pidiendo ayuda».

Óscar Álvarez: «Fue un eslogan que utilizó Joaquín Almunia. Breve y conciso, sí, pero no dice nada, no conecta con nadie. El votante se puede preguntar: ¿qué puedo hacer yo para que llegue lo próximo? Los eslóganes hay que sentirlos, la conexión con el político debe ser emocional y esta frase no emociona».

Pau Canaletas: «Es ingenioso y sorpresivo de inicio, pero no tiene potencia comunicativa. No deja de ser un pequeño chiste, una anécdota que dura lo que dura esa noticia. El eslogan debe hacer sentir a la gente apelada y este no lo consigue. Puede hacer reír, sí, pero no moviliza».