Alcanzar el momentum
Los debates electorales no son relevantes por su contenido sino por su capacidad para transformar dinámicas en campaña electoral. Consumidos en crudo, son monólogos ... con la voz en mute; cobran sentido una vez son digeridos por medios de comunicación y redes sociales. Para ello se despedaza y se seleccionan los mejores momentos, no con un criterio informativo o político sino por entretenimiento, lo que incluye errores, enfrentamientos y mofas, que son carne de meme. ¿Ayuda eso al indeciso votante que no sabe si arriesgarse con Vox, Ciudadanos o Podemos, o conformarse con PP y PSOE? Pues para eso, en concreto, no ayuda. Pero tienen un efecto en las campañas que para los estrategas es perverso y se llama incertidumbre. Los equipos de campaña diseñan una agenda de temas para su candidato y tratan de que no salga de ahí: esa es su zona de confort.
Sólo hay dos situaciones que les sacan de aquí: una son los hechos imprevisibles, como el 11-M; la otra, son los debates. Bien porque haya superado las expectativas o no las haya cumplido, la actuación de los candidatos crea una percepción que los partidos usan en su propio beneficio. Ese clima que navega en la opinión pública durante las horas posteriores al debate es usado por los partidos como herramientas para impulsar o ralentizar el ritmo de sus campañas. El objetivo es uno solo: lograr el 'momentum', esto es, el impulso suficiente para dominar el final de campaña. Con uno de cada cuatro votantes aún indeciso, alcanzar ese empuje puede ser crítico a cinco días de las elecciones.
Tras los debates electorales, es indiscutible que Albert Rivera ha alcanzado el 'momentum' en esta campaña, por mucho que Pablo Casado se haya afanado en plantarle cara en el segundo. Rivera ha conseguido discutir con todos, ser impertinente y agitador. El impulso se consigue a golpe de protagonismo y ahí no ha tenido rival ¿Es suficiente para provocar un seísmo en las encuestas? No. Pero su batalla es otra y se produce en el centro-derecha, donde rascará votos. No obstante, Sánchez seguirá teniendo todo de frente para mantenerse en el Gobierno.
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