Mejor susto que muerte
¿Le ha jugado una mala pasada a EH Bildu la expectativa de una previsión ganadora? Pues igual sí, porque resulta difícil pensar que el ... respaldo a la pareja de gobierno local tenga que ver con lo brillante de su gestión. Al contrario, la izquierda abertzale había encontrado en Miren Larrión la candidata perfecta, con un buen trabajo de oposición, su empaque, su traje de chaqueta y su capacidad para ocultar que su partido es el mismo que exigió la semana pasada la liberación de Josu Ternera.
Parece que la 'Vitoria moral' se ha estremecido en el tresillo y ha decidido ponerle freno. Los cuatro concejales perdidos por el Partido Popular se reacomodan provisionalmente a partes iguales entre nacionalistas y socialistas, recordando así refugios de otros tiempos, de cuando la 'espiral de silencio'. Una cuenta demasiado fácil, pero valga la metáfora aritmética. Un destino provisional, también, porque la derecha españolista local, tan consolidada en la ciudad, no se ha disuelto como por ensalmo (ni tampoco se ha perdido en exceso en inútiles opciones vecinas como Ciudadanos o Vox).
Pero, fuera como fuera, números cuentan y el bipartito que encabeza Urtaran esta vez sí que ha ganado y no necesita de muletas envenenadas, como hace cuatro años. De manera que la ocasión la pintan calva para no desbaratar en la nada otra legislatura como la anterior, con una ciudad inerme y aburrida, sin pulso ni proyecto, amenazando con volver a ser la provinciana de hace setenta años, aquella Vitoria «gris del color de rata», que escribió su literato Aldecoa. Oportunidad extraordinaria para hacer política de altura y no estar preocupado solo por sobrevivir a cada Pleno. Respaldo ciudadano hay; solo falta disposición y aptitud.
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