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EFE
¿Para qué sirve el Parlamento europeo?

¿Para qué sirve el Parlamento europeo?

La UE desde dentro ·

La eurocámara controla al resto de instituciones de la UE, elige al presidente de la Comisión o acuerda los presupuestos

Ander Azpiroz

Madrid

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Viernes, 17 de mayo 2019, 00:08

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Las elecciones al Parlamento Europeo registran un descenso continuo de participación que se achaca, principalmente, a la desinformación sobre la única institución comunitaria cuyos miembros son elegidos por sufragio universal.

El debate: La utilidad de la Eurocámara es algo por lo que se preguntan muchos de los 427 millones de votantes comunitarios antes de elegir quienes ocuparán cada uno de sus 751 escaños. No es fácil explicarlo y convencer. La directora de la Oficina del Parlamento Europeo en España, María Andrés, apunta que la Eurocámara «tiene la misma importancia que el Congreso para la ciudadanía española». Y es que, añade, «hasta el 70% de las leyes que adopta la Cámara baja a lo largo de una legislatura son habitualmente trasposición de directivas europeas».

Los obstáculos: La elección directa de los miembros de la Eurocámara tuvo su pistoletazo de salida en 1979. Antes, el Parlamento estaba integrado por representantes elegidos en las cámaras nacionales. El objetivo de esta reforma fue acercar la institución a los ciudadanos europeos. No obstante, las competencias del Parlamento se han topado a lo largo de estos años con los amplios poderes que ostentan el Consejo Europeo –en el que participan los jefes de Gobierno de los 28– y la Comisión Europea –el Ejecutivo comunitario–. Las reticencias de algunos estados miembros a profundizar en la integración comunitaria chocan con la existencia de una cámara legislativa a pleno rendimiento.

Competencias: En el Tratado de Lisboa de 2007 se ampliaron sus competencias y funciones. A día de hoy, la Cámara, con sede en Estrasburgo y Bruselas, ostenta junto al Consejo Europeo la responsabilidad de adoptar la legislación de la Unión, de acordar el presupuesto de la UE junto a la Comisión o de supervisar la labor del resto de instituciones comunitarias. Todo esto incluye refrendar al candidato a presidir la Comisión, que antes es propuesto por el Consejo. María Andrés destaca, además, que el Parlamento Europeo «es el encargado de preservar los derechos y libertades de la ciudadanía europea». «Cuenta para ello –destaca la alto cargo comunitaria– con el derecho de activación del mecanismo de sanción contra un Estado miembro, el llamado artículo 7, que de hecho se aplicó recientemente contra Hungría por amenazar los valores fundacionales y el Estado de derecho».

Paquete de medidas

Éxitos recientes: Una tarea en la que se ha volcado el Parlamento europeo en los últimos años es en explicar el impacto de sus decisiones sobre los ciudadanos de a pie. La directora de la Oficina del Parlamento Europeo en España detalla que, desde el comienzo de legislatura en junio de 2014 y hasta finales de 2018, la Eurocámara ha aprobado 2.134 textos, de los cuales 708 son de carácter legislativo. Dentro de este amplio paquete de medidas, María Andrés enumera de carrerilla «la prohibición de los plásticos de un solo uso o la reducción de las bolsas de plástico, el fin de las tarifas de telefonía itinerantes (roaming), las medidas para la conciliación laboral y familiar (con permiso paternal obligatorio), la implantación de Wifi gratuito en lugares públicos, mayores exigencias en transparencia fiscal o la adhesión de la UE al Acuerdo del Clima de París».

Los retos: Desde la Eurocámara se apuntan algunos de los retos que quedan pendientes para el futuro y que se comenzarán a abordar en la legislatura que comenzará el próximo 2 de julio. En esta lista de objetivos figuran unificar las políticas de asilo en la UE, reformar la unión monetaria o encauzar el 'brexit' para que conlleve el menor perjuicio a un lado y otro del Canal de La Mancha. Todos ellos suponen un serio desafío para un Parlamento en el que los más firmes partidarios de avanzar en la integración reclaman una mayor cuota de poder frente al Ejecutivo de Bruselas y los estados miembros. Justo lo contrario de lo que defienden los euroescépticos, una corriente de pensamiento al alza y sus defensores tendrán un buen número de escaños en la próxima legislatura.

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