De vocación, empresario
Nuevos emprendedores ·
En un mundo en el que todos buscan ser funcionarios, seis 'valientes' que acaban de montar su negocio este 2023, o que están a punto de hacerlo, relatan a EL CORREO sus nuevos retosSergio Llamas
Lunes, 6 de marzo 2023
Las gigantescas colas que se forman en cada convocatoria de oposiciones y la proliferaciónde academias que ayudan a preparar los exámenes permiten poner rostro y ... nombre a una realidad que, de tan repetida, ya se ha convertido en un mantra: todo el mundo quiere ser funcionario.
Sin ir más lejos, en enero 2.314 aspirantes se presentaron en el campus de la UPV-EHU de Álava para optar a 37 plazas, y no es un caso aislado, ni un fenómeno nuevo. En 2020 el Observatorio Vasco de la Juventud advirtió que más de la mitad de los vascos de entre 20 y 29 años se habían plateado presentarse a oposiciones para optar a un puesto de funcionario público.
Más de la mitad de los vascos de 20 a 29 años ha sopesado las oposiciones
En este contexto, sin embargo, continúan surgiendo emprendedores dispuestos a arriesgar la seguridad económica y el patrimonio poniendo en marcha un proyecto propio, aunque la cifra de emprendedores, eso sí, ha registrado caídas recientes. El año pasado el ritmo de creación de empresas se redujo en Euskadi un 2,6%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), con un total de 3.055 sociedades mercantiles nuevas.
Dar el paso sigue asustando. EL CORREO ha hablado con seis emprendedores que han decidido seguir su sueño este año para convertirse en su propio jefe y crear un proyecto desde cero, a menudo dejando atrás una carrera y la estabilidad ganadas.
La creación de empresas en Euskadi se redujo un 2,6% durante el año 2022
Con su apuesta, los seis valientes dan salida a una vocación previa, que permanecía latente, y abren camino en seis vocaciones que les acercan a la agricultura, la nutrición canina, la innovación empresarial, la estética, el estudio de datos y la alta costura.
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Jagoba Galarza Agricultor
«Lo he metido todo aquí. Tiene que funcionar sí o sí»
Después de 16 años en un taller, Jagoba ha puesto en marcha unos terrenos para el cultivo en Artea
Después de 16 años en un taller, Jagoba Galarza sabía que no quería trabajar más «bajo techo». «Me viene de familia. Me he criado con vacas y huertas toda la vida», explica este carranzano, afincado ahora en Artea (Bizkaia). Su sueño era cultivar un terreno y ahora va a cumplirlo.
El producto estrella será el tomate de Arratia, criado sin químicos. Un manjar que destaca por «su tamaño grande, su piel fina y por ser muy jugoso», reivindica. La aventura empresarial ha arrancado con la adquisición de unos terrenos la pasada semana.
«La explotación principal comenzó con mil metros cuadrados de invernadero y otros 2.000 de huerta exterior. Ahora me he hecho con dos hectáreas más viendo que igual se me quedaba pequeño. Si hay que tirarse a la piscina, mejor asegurarse de que sea honda», subraya Galarza, que ha invertido sus ahorros en la aventura. «He vendido hasta un coche. Lo he metido todo aquí. Esto tiene que funcionar sí o sí», zanja.
«Mucho miedo»
La incertidumbre marca ahora sus primeros pasos. «Al principio tienes mucho miedo porque las inversiones en maquinaria, instalaciones y demás son muy grandes», reconoce. Lo bueno es que ya ya ha contactado con varios locales para que vendan sus productos, y prevé acudir a ferias.
Tras completar varios cursos, su intención ahora «es tirar adelante». «Quiero conseguir la rentabilidad y que sea viable, aunque me suponga meter diez horas al día. Incluso en ese caso estaría feliz porque aquí hago y deshago a mi manera», defiende.
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Zuriñe Segurola Nutricionista canino
«Los cálculos de gasto al final se quedan cortos»
Zuriñe aprovechará una excedencia de seis meses para arrancar su proyecto con perros en Vitoria
La inquietud emprendedora de Zuriñe Segurola, vitoriana de 42 años, surgió en pandemia. Entonces pudo teletrabajar en su puesto de oficinista -«haciendo facturas», resume ella- y decidió que lo que quería era dedicarse a los perros. «Siempre he tenido, desde pequeña», señala.
Este 1 de marzo dio finalmente el salto e inició una excedencia de medio año para apostar por su nuevo negocio, un lavadero de perros abierto en la calle Castillo de Toro, que acompañará ejerciendo como nutricionista canino.
«Ahora mismo estoy con el vending en redes sociales, hablando de en qué hay que fijarse, por ejemplo con los tipos de suplementos y las latas», explica, aunque su servicio se centrará en las recetas caseras.
Ella se introdujo en este mundo por su mascota Lagun, que tiene problemas de piel. «No quería medicarle de forma crónica y a partir de ahí empecé a investigar. Hice un curso de alimentación natural con las dos profesoras más reconocidas de España con el objetivo de ayudar a otros a dar el paso», añade.
«Montaña rusa»
A punto de lanzarse, Zuriñe reconoce sus miedos. «Esto es una montaña rusa que vives en solitario. La ilusión y el miedo se juntan», advierte, aunque afirma haber recibido mucho apoyo de su círculo cercano, solo que «al final todos tienen trabajos por cuenta ajena».
La excedencia teme que se le haga corta para saber si su proyecto Garbidogi y de nutrición despegan como desea. «He tirado de ahorros según mis cálculos de gasto, pero al final siempre se quedan cortos», subraya.
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Leticia Sánchez Experta en innovación
«Amatxu hubiera querido que fuera funcionaria»
La guipuzcoana Leticia Sánchez prepara una firma que ayude a innovar a otras empresas
Leticia Sánchez se define como alguien «muy inquieto», por lo que estaba llamada a ser emprendedora. «En mi familia siempre me han apoyado, pero claro, las amatxus son las amatxus y la mía hubiera querido que fuera funcionaria», reconoce la joven de Eibar, de 30 años, a punto de constituir su empresa de asesoramiento en innovación.
«Emprender es sentirse valorada. Ves que haces algo más que ir a trabajar», asegura Sánchez, que empezó con un módulo de administración de empresas y con la gestión de espacios comerciales. «No me llenaba y decidí estudiar Liderazgo, Emprendizaje e Innovación en la Universidad de Mondragón», detalla.
Desde entonces no ha parado de investigar y aprender sobre startups. Su clave es estar pegada a las comunidades de emprendedores y apuntarse a todas las iniciativas que surgen a su alrededor. Así contactó con Secot Bizkaia, un grupo de veteranos que mentorizan a nuevos empresarios. «Me ayudan mucho a bajar los números y las ideas a tierra», apunta.
Primeros pasos
Empezará trabajando con tres empresas a las que ayudará en ámbitos diferentes: prototipar una idea, investigar las necesidades que tiene el cliente y mejorar la experiencia de usuario. «Yo planteo formas de innovación y desarrollo de proyectos. Lo que se me da bien es buscar soluciones a los retos», resume.
El año pasado dejó su trabajo de social media y se centró en la formación.«Si trabajas en innovación y no te renuevas, ¿qué vas a vender? Intento estar muy al hilo», reflexiona.
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Yeraldi Garavito Peluquera
«Éste era el momento de montar mi negocio»
Yeraldi vio un local con potencial para crear su peluquería en Bilbao y apostó por su formación
Yeraldi Garavito siempre ha sido peluquera, pero desde hace tres semanas ejerce en su propio negocio en Deusto (Bilbao). La joven de 32 años, de origen colombiano, lo ha montado con su marido y ha contratado a cuatro chicas para trabajar con ella. «Nos dio buena espina la zona porque pasa mucha gente. Queríamos poner un negocio que ofreciera barbería a peine y tijera», resume.
La mayor inversión se ha ido en las instalaciones. Además de un pequeño préstamo bancario, han tirado de ahorros para levantar la persiana. «Ahora estoy mirando a qué ayudas puedo tener acceso como emprendedora», señala.
Yeraldi dejó de trabajar por cuenta ajena en verano, aprovechando que se terminaba su contrato. «Lo primero que hice fue invertir en mi formación. Quería mejorar mis conocimientos para sentirme más segura y demostrar que estamos a la última», señala.
Moderno y tradicional
«La mayoría de las peluqueras aspiran tener su propio local», explica Yeraldi. El suyo se basará en combinar lo tradicional con lo moderno, y en garantizar un servicio centrado en la calidad frente a los modelos 'low cost' que vienen proliferando. «Quería contar con trabajadoras de refuerzo para no hacer esperar a nadie», subraya.
El negocio lo ha creado con su marido. «Somos 'fifty-fifty'. Él controla más sobre empresas, lo que me da tranquilidad», asegura. Ahora su trabajo se centrará en lograr clientes. «Las oportunidades siempre hay que aprovecharlas y éste era el momento de montar mi negocio», remarca.
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Diego Duque Asesor
«Me dicen que no tengo años para este berenjenal»
El vitoriano, a sus 50, inició en enero su aventura aunque usa la pluriactividad y conserva su puesto
El vitoriano Diego Duque no quiere cerrar ninguna puerta hasta estar seguro de que su negocio funciona. Por eso mantendrá su trabajo «en régimen de pluriactividad». «Veremos hasta donde llega esto», apunta el hombre, de 50 años.
En enero puso en marcha su consultora Biteks. «Ofrezco herramientas de inteligencias de negocio para convertir los datos de una empresa en un cuadro de mando que ayude a tomar decisiones», resume.
Acercará el servicio a pequeñas y medianas empresas, que hasta la fecha apenas hacían uso de estas herramientas. «Quiero ayudarlas a que dejen de basar sus decisiones exclusivamente en la intuición o en la experiencia, como hacen las grandes compañías», reivindica.
Baja inversión
Duque está convencido de que ahí «hay nicho de negocio», y defiende que actualmente «la ciencia de los datos es un ámbito que está muy en alza». Ya ha constituído la empresa y suma ahora sus primeros clientes. «Actúo como autónomo, así que puedo ofrecer servicios a medida», detalla. Ésa es una de sus bazas, junto a la baja inversión necesaria: solo el equipo informático y las herramientas de software.
Duque afirma que lleva ya tiempo arrastrando la «inquietud» de montar su negocio, aunque emprender le ha valido comentarios en su círculo más cercano. «Muchos me dicen que no tengo años para meterme en este berenjenal, pero también hay quien me ha asegurado que le daba envidia poder emprender ahora y contar con un negocio propio», relata.
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Aitor Goikoetxea Modisto
«Me ven tan convencido que han confiado en mí»
Acaba de elegir el local de Basauri para montar su estudio de moda, con la red como escaparate
Aitor Goikoetxea está a punto de transformar su nombre en una marca de moda. Vecino de Basauri de 23 años, completará en las próximas semanas el registro de su empresa para vender sus diseños por internet, una misión en la que le avalan los premios que viene recibiendo por su trabajo. El último hace ahora dos semanas, en el Mercedes Benz Fashion Talent.
Ya ha elegido un estudio en Basauri que tiene una estética años 70, lo que compagina bien con su estilo. Eso le facilitará las fotos de sus diseños cuyo escaparate principal está en Instagram. Por esta red ya le han contactado clientes de Hawaii, Canadá y Los Ángeles.
Poco a poco Goikoetxea confía en crecer e incorporar gente a su proyecto. «Me gustaría formar un equipo, pero eso tendrá que esperar», remarca. Tras completar su formación en diseño de moda en la IED de Barcelona, quiere montar una firma que lleve su su nombre, convencido de que sonará exótico. «Aquí es de lo más normal, pero fuera habrá gente que no sabrá ni pronunciarlo», bromea.
Con una herencia
Su inversión inicial se irá en crear las colecciones y disponer del local, para lo que cuenta con la herencia recibida tras el fallecimiento de su padre. «En mi familia no hay nadie que se dedique a la moda, pero me han visto tan convencido que han confiado en mí. Ven potencial, así que me toca esforzarme», subraya.
Aunque sus orígenes serán humildes, tiene claras sus aspiraciones. «Quisirea poder encontrar fábricas que me produzcan más unidades y así ser más ambicioso», subraya.
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