Los vascos duplican en un año el dinero destinado a los depósitos remunerados

Los tipos de interés son los principales responsables de esta situación con su regreso a cifras positivas en 2022 después de seis años. Un incentivo que no se apaga con el cambio de tendencia del Banco Central Europeo (BCE), que este mes ha abierto la senda de una estabilización de los tipos con un ajuste a la baja del 0,25%.

El Banco de España estima en su último informe de estabilidad financiera que los tipos de interés estarán por encima de la actual remuneración de los depósitos y, en todo caso, no bajarán del entorno del 2% o 2,5% en los próximos dos años.

Será una cuestión que seguirá condicionada a la política comercial de los bancos que mantienen una remuneración media de entre el 2,5% y el 3% condicionada en muchos casos a la contratación de otros servicios.

El porcentaje de crecimiento de este ahorro es mayor que el de otras alternativas como fondos y planes de pensiones, pero estos últimos siguen acaparando la mayor cantidad de dinero invertido. Y es que siguen siendo muchos los vascos que están cómodos con esta fórmula por la que reciben intereses por el dinero de su cuenta corriente y del que pueden disponer de modo inmediato. La banca, que retrasó un año la remuneración de los intereses, ha dirigido a los clientes hacia los fondos y EPSV que, han propiciado intereses superiores a los depósitos. Son recursos que quedan fuera del balance de los bancos y, por lo tanto, las entidades no tienen que provisionar ni asumir su pago en intereses. En cambio, generan un ingreso recurrente por las comisiones de gestión.

Otro de los destinos de los ahorros de los vascos ha sido la hipoteca. Con las subidas del euríbor de los últimos dos años muchas familias han visto en la aceleración de la amortización de su crédito vivienda la mejor inversión. Un fenómeno que se ha disparado durante el pasado año llegando a duplicarse en Euskadi.

En cuanto al crédito, el arranque de año ha reproducido las sensaciones positivas de la economía. Así, del mismo modo que Euskadi ha escapado del parón de Europa, el préstamo ha repuntado ligeramente con 182 millones en el primer trimestre. Un ligero arreón que ha elevado el saldo de los préstamos vascos hasta los 66.648 millones. Los datos de crecimiento del conjunto de España también han recogido la tendencia mejorando las previsiones gracias al consumo, pero también al aumento de las inversiones en bienes de equipo, que reflejan directamente la inversión de las empresas.

La recuperación no es suficiente para regresar a los saldos de hace un año. Esa grieta es de 2.439 millones y sigue sin retomar los datos previos a la pandemia, cuando el volumen del crédito era de 67.800 millones. En 2020, con el estallido del covid y los créditos ICO, esas cifras se elevaron hasta los 71.000 millones. El siguiente salto importante fue en 2022, cuando la reactivación económica gozó de más vigor elevando el crédito hasta los 72.600 millones. Desde entonces, ha ido cayendo paulatinamente hasta el arranque de este 2024.